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miércoles, 25 de mayo de 2016

Ephemeral dreams, Eternal love - Asagi [SPOILERS][BL]

En esta ocasión les traigo la primera ruta del juego yaoi para celular "Ephemeral dreams, Eternal love" (si no saben de qué hablo aquí pueden leer la introducción). Esto no es ningún sustituto para el juego, pueden tomarlo como una traducción aquellas personas a las que se les complique el inglés o una guía aquellas personas que por equis o por lle no tengan la dicha de disfrutar de este gran juego. Dejo mis opiniones para el final, y que comiencen los SPOILERS

El protagonista va a Peony House en busca de Asagi, sin embargo, el dueño, Kenmochi, le informa que Asagi está ocupado con un cliente, además, la compañía de Asagi cuesta un ojo de la cara. Le muestra lo que lleva consigo de dinero y como era de esperarse su presupuesto no está ni remotamente cerca del precio. Se va de Peony House, pero enseguida regresa y de rodillas en el suelo, le implora le permita ver a Asagi, aunque sea solo por un momento, en dos días le llevará el pago correspondiente. En eso está cuando escucha el sonido de una campana y percibe el aroma de una deliciosa fragancia. Una melodiosa voz le dice que alce el rostro. Cuando lo hace se encuentra con la bella figura de Asagi de pie frente a él, el cual le pregunta qué demonios está haciendo. A pesar de sus despreciativas palabras su sonrisa captura su atención. Le hace entrar al burdel y le guía hacia un cuarto, allí procede a quitarle el abrigo, lo cual le hace respingar. Asagi le pregunta si ha despertado anticipación en él. Aunque lo niega, se percata de que está duro, y se sienta rápido para que Asagi no lo note. Asagi le ofrece algo de tomar, el refinamiento en sus movimientos le cautiva sobremanera. El guapo acompañante le pregunta si es su primera vez en un burdel.
El protagonista le explica que fue llevado por un amigo, nunca le habían interesado las prostitutas, mucho menos hombres, de hecho tiene novia. Sin embargo, ha sentido el deseo irrefrenable de volver a verlo, no sabe qué significa eso, nunca había sentido cosa semejante. Asagi le dice que si no lo sabe entonces debe ser un cabezota y desliza su mano por entre el kimono del joven. "¿Todavía vas a hacerte el tonto cuando estás tan duro?", le pregunta pasando sus dedos, vaporosos, a lo largo de su erección. Luego comienza a acariciarla y siente algo que nunca antes había sentido con las mujeres que le han tocado, de igual forma, emite sonidos de placer que no conocía en él. A pesar de las ganas que siente de correrse, las palabras de Asagi, menospreciándole por su falta de refinamiento, le llevan a contenerse, no quiere que le haga menos, y sacudiéndose de la mano que frota su miembro, lo tumba en el suelo. Asagi no parece sorprendido. El joven intenta tomar la iniciativa en vez de dejarse tocar solamente, no obstante, habiendo estado únicamente con mujeres hasta ahora, desconoce qué hacer. Asagi le dice que puede hacer lo que le plazca con él (asgdhfjgagdjs). El sensual acompañante acerca su rostro hacia el chico y llama su nombre.

El protagonista, una vez más, queda fascinado. Asagi confiesa que estaba esperando ver qué haría, pero no parece ser capaz de mucho, y así, le quita de encima. No tomará como cliente a alguien que no puede jugar con refinamiento, que ni siquiera sabe qué hacer con él. Le manda a su casa a dormir, como a un pequeño. Su actitud deja perplejo al joven: le lleva a su cuarto y comienza a tocarle, sólo para después mandarle a casa... Intenta rebatirle, no obstante, Asagi juega con él una vez más; burlándose de la erección en su entrepierna posa delicadamente su pie sobre de ella. Asagi le masturba con el pie, frotando sus dedos en su miembro, enviando descargas de placer. Se siente tan bien que el joven corre el riesgo de venirse en cualquier momento. Asagi al reparar en su cara de éxtasis le pregunta si tan bien se siente, es el acompañante número uno o dos en el burdel pero no ha utilizado ninguna técnica aún. ¿Es su primera vez siendo masturbado por un hombre? ¿le gusta más que cuando lo hace una mujer? de ser así se sentiría mal por su novia. Esto regresa al protagonista a la realidad: ¿¡qué demonios está haciendo!? Justo cuando Asagi comienza a mover sus dedos con más rapidez y vigor para hacer que se corra le detiene y sale a prisa del burdel.

Después de que el extraño cliente se fuera, un hombre de belleza casi femenina va a ver a Asagi, ¿estaba jugando de nuevo?
El hombre se llama Matsukaze y es también un acompañante de alta categoría. Asagi le responde que se trataba de un chico con el que no vale la pena jugar. Matsukaze comenta que eso es muy cruel, si incluso rogó por verle. Asagi explica, sin emoción alguna mientras fuma su pipa, que no es alguien que pertenezca allí y probablemente no vuelva. Matsukaze se lamenta pues era muy lindo.

De vuelta en las calles, el joven corre confundido, estaba a punto de abandonarse a la merced de aquél hombre que le fascinó, no sabe qué hacer de ello.

"Un gran impacto sacudió la vida que continuaba sin motivo ni beneficios, un solo encuentro cambia el destino y sacude su vida normal y tranquila. Una evanescente y frágil flor intenta florecer."

Regresa a casa e inmediatamente se desliza debajo del futon. Esa horrible casa, ése burdel de puros hombres... aunque le repugna, cuando cierra los ojos lo único que ve es el rostro de Asagi; todavía puede sentir su mano y pie tocándole. Se masturba pensando en lo sucedido, pero se siente aburrido tocarse a sí mismo después de experimentar la exquisita sensación que le dio Asagi. Se corre, pero pensando en él vuelve a ponerse duro. Al día siguiente se siente patético por lo sucedido en Peony House y después en su casa. A pesar de todo no puede sacarse a Asagi de la cabeza, y su cuerpo responde en consecuencia.
El protagonista se encuentra pensando en Asagi, en su fragancia, cuando alguien le llama por la espalda. Se trata de Yae, su novia, quien ha ido ha llevarle el almuerzo al trabajo. Le pide hablar con ella un momento a solas, está feliz de que llegara en el momento preciso, y en un punto apartado y solo se le echa encima, liberando la pasión acumulada y el deseo que Asagi despertó en él. Todo el tiempo mientras la penetra, está pensando en Asagi, imaginando su voz, recordando la sensación de cuando susurró su nombre en su oído. Al terminar no puede evitar sentirse culpable pues Yae está sonriendo feliz de que tomara la iniciativa, ignorante de que mientras estaba dentro de ella, Asagi era quien ocupaba su mente. Aún cuando vuelve al trabajo continúa pensando en el fascinante acompañante. Nunca nadie antes le había movido el tapete de ése modo, siempre había vivido con tranquilidad e indiferencia, ni siquiera su novia le provocó nunca lo que Asagi; lo mejor sería no volverlo a ver. Recordando la displicencia con la que le trató se promete pagar apropiadamente la próxima vez y hacerlo comerse sus palabras, pero esto es solo un pretexto para verlo de nuevo, y esa misma noche se dirige a Yoshiwara para pagar por la noche anterior con el sueldo que pidió a su hermano por adelantado. Kenmochi le explica que Asagi pagó la cuota, no es necesario que pague nada ya, sin embargo, no lo acepta, además hay algo que quiere decirle y le pide que lo mande llamar. Le llevan a un cuarto vacío para que espere indefinidamente, cada vez más irritado por fin la puerta se desliza y una figura aparece: es un jovencito que le ha llevado el té. El chico es guapo pero no muestra expresión alguna.
Con brusquedad coloca el té sobre la mesa y se sienta frente a él. Para tratar de aligerar la atmósfera le pregunta su nombre, el chico contesta "Kotoha" con indiferencia, y en silencio se pone a tocar el shamisen. Se pregunta cuál es el propósito del chico, no toca bien el shamisen. ¿Está tratando de entretenerle en lugar de Asagi? Tiene un rostro precioso y no puede apartar la mirada de él. ¿Incluso un chico así está recibiendo clientes? Entonces lo entiende. Asagi debe estar con un cliente, por eso lo han dejado esperando allí. Asagi, quien jugó con él de esa forma, ¿cómo estará acostándose con aquél cliente? Aunque le enferma pensar en eso, al mismo tiempo, imaginarlo en el esplendor de su indecencia lo excita. Entre la música del shamisen escucha pasos detrás de la puerta, sintiendo la presencia de Asagi va a asomarse a pesar del débil intento de Kotoha por detenerle. Sus ojos se quedan fijos en la escena: Asagi acurrucado a un hombre mayor. Su conversación llega a los oídos del protagonista: ¿cómo puede seguir insatisfecho a su edad? le pregunta Asagi, y el hombre contesta que es porque nunca se cansa de tocar su cuerpo. ¿Por qué Asagi lo trata tan distinto? ¿Por qué se sonríe tan alegremente con ése hombre mayor? Por un segundo cree sentir la mirada de Asagi. Entonces por fin el acompañante se despide del hombre, quien le promete volver. Asagi susurrándole algo le acaricia la mejilla y le besa repetidas veces. No puede despegar la mirada del intenso beso de lengua que el par comparte. Cuando Asagi va al cuarto donde el protagonista se encuentra le pregunta si no aprendió su lección el día anterior, éste frustrado por la diferencia con que lo trata le enfrenta: lo acaba de ver con un cliente y su trato es completamente distinto. Asagi le explica que es natural que trate a un cliente de muchos años bien. El protagonista no espera ser tratado como cliente frecuente, pero al menos sí como a un cliente. Las palabras de Asagi y el hecho de que cada vez parece más imposible recibir el afecto de Asagi le hieren tanto que sin darse cuenta ha comenzado a llorar. Kotoha le mira sorprendido. Asagi para darle la estocada final le dice que llorar como una mujer no le servirá de nada allí. Sintiéndose el más patético de los hombres, y con ganas de desaparecer de la faz de la tierra sale del cuarto musitando una disculpa.
Ya afuera del burdel escucha pasos detrás suyo, se trata de Asagi, ha ido a llevarle hasta la salida de Yoshiwara. No entiende qué hace Asagi brindándole esa cortesía si momentos antes lo mandó a freír espárragos. A pesar de que Asagi continúa mofándose de él a la primera oportunidad no puede evitar sentirse inmensamente feliz de que la hermosa mirada de Asagi esté enfocada en él nada más. Asagi apunta que está muy alejado, le pide se acerque a él, cruza su brazo con el del protagonista y coloca su cabeza en el hombro del joven. El protagonista siente su cuerpo arder ante el contacto con el cuerpo de Asagi, y su vista recae en esos bellos labios que besaron al hombre mayor de vuelta en el burdel. Asagi siente su mirada: ¿pasa algo? le pregunta. El joven lo niega, pero la mirada de Asagi le dice que le ha descifrado, y nervioso le pide que le enseñe a jugar con refinamiento. Asagi le mira con sorpresa y riendo le explica que es precisamente porque dice cosas como esa que es tan burdo. El protagonista una vez más se siente frustrado, ¿así es como será? siempre como objeto de burlas. Tras una pausa Asagi retoma la palabra, será interesante ver lo que puede hacer con su inocencia tal cual. El protagonista toma este diálogo como su luz verde para regresar a Peony House. Se despiden y tanta es su dicha que no sabe dar cuenta de cómo ha regresado a casa.

"El placer nace incluso de un simple juego. Y una flor sin frutos abre su botón. Aunque no puede esperar a florecer, la dicha de encontrarse en ciernes lleva a una conclusión más dolorosa. Y no falta mucho para que llegue el día en que desee haber sido arrancada antes de albergar esperanza."

El protagonista entra en Peony House por tercer día consecutivo, a diferencia de antes lo hace con entusiasmo y una sensación de triunfo. Cuando Asagi aparece frente a él este le informa que le pondrá a Kotoha de compañero, el protagonista le dice que estaba seguro de que podría ser su cliente, pero Asagi le saca de su error, está a años luz de poder serlo, y a cambio de la visita gratuita le asignará a Kotoha como compañero. Como se rehúsa, creyendo que se le está pidiendo ir a la cama con Kotoha, Asagi procede a explicarle que un burdel no es un lugar donde solamente se tenga sexo, artes escénicas como el shamisen y el baile son también formas de juego. Lo primero que piensa el protagonista es en lo increíblemente hermosa que debe ser la forma de bailar de Asagi. Y con eso el acompañante sale del cuarto para ser reemplazado por el silencioso Kotoha. Perdido sin saber qué hacer con el inexpresivo chico frente a él, la puerta se abre de repente. Un hombre de espectacular belleza aparece, se presenta como Matsukaze, un acompañante de alta categoría al igual que Asagi.
Su figura es femenina, y su presencia hechizante. Matsukaze le pregunta si se está haciendo cargo de Kotoha y el protagonista repite las palabras de Asagi. Matsukaze procede a explicarle que Kotoha es un apenas un aprendiz del cual Asagi se hace cargo, pero como puede ver, el chico no es un gran conversador y Asagi está demasiado ocupado para cuidarlo, así que es muy probable que haya puesto al protagonista a hacerlo en su lugar. Disconforme pregunta a Matsukaze si está tomando el papel de niñera, pero pronto el hermoso hombre de belleza incomparable le levanta el ánimo, Asagi debe confiar mucho en él, de otro modo no le habría pedido cuidar de Kotoha a alguien ajeno al burdel. Lleno de entusiasmo comienza a corregir a Kotoha, quien sin importar las explícitas indicaciones sigue sin agarrar el hilo de qué debe de hacer y Matsukaze deja la habitación con una suave sonrisa en el rostro. Algún tiempo después Asagi va a checarlos, y al verlos sentados en completo silencio se molesta. Resignado decide darles una pauta, pide a Kotoha tocar el shamisen y comienza a bailar acorde. El protagonista se queda cautivado con su bello danzar, cada uno de sus movimientos es armonioso y excelso. Al finalizar, Asagi pide la opinión del protagonista, quien emocionado expresa lo hermoso que ha sido. Asagi entonces le dice a Kotoha que su deber es provocar esa reacción en los clientes, hacer que se diviertan y se sientan bien, así que no tiene tiempo para quedarse sentando, tiene que pulir sus habilidades como si su vida dependiera de ello. Al ver la cara afligida de Kotoha el protagonista decide defenderle argumentando que sólo se trata de un niño. Asagi exclama con dureza que en Yoshiwara no se puede sobrevivir con esas tonterías. Matsukaze con su melodiosa voz llega a romper la tensa atmósfera, ha ido por Kotoha para su lección de baile. Sin embargo, una vez solos, la atmósfera continúa tensa, el protagonista se siente fatal; por fin logra acercarse a Asagi y la riega, pero Asagi, para su sorpresa se disculpa por haber sido tan tajante y comienza a explicarle como Kotoha fue abandonado por sus padres; llegó a Yoshiwara en circunstancias similares a la suyas, así que lo está educando para que sea un acompañante hecho y derecho, no puede permitir que se le guíe con mediocridad. Sus palabras despiertan la curiosidad del protagonista y se aventura a preguntarle si él también fue abandonado. Asagi evades sus preguntas y vuelve a hablar de Kotoha, dice que hay un límite a lo que puede hacer en situaciones como la suya, por eso le ha pedido al protagonista su ayuda, para que le enseñe lo que el mismo Asagi no sabe. Lleno de renovada determinación le pide a Asagi le confíe de nuevo a Kotoha, esta vez pondrá empeño. Asagi accede al ver su entusiasmo y lo deja a solas con Kotoha a su regreso de su lección de baile. El progreso de Kotoha, aunque accidentado es notorio, con unos cuantos tips sobre su interpretación del shamisen el protagonista logra incluso sorprender a Matsukaze quien se asoma incrédulo de que sea Kotoha quien está tocando.
Ha ido a dar un recado de Asagi a Kotoha, le está llamando para hacer deberes. Matsukaze comenta al protagonista cuanto se nota su esfuerzo en cumplir las expectativas de Asagi. El joven responde que al principio así fue, pero al conocer un poco más de Kotoha y ver que no se trata sólo de un chico poco sociable sino que pone empeño a lo que hace le han dado ganas de saber más sobre él. Matsukaze se proclama celoso y seductoramente le pregunta si no desea saber más sobre él también. Cuando se inclina sobre el protagonista éste percibe una fragancia embriagante. Al ver la falta de interés del joven le advierte que Asagi puede ser muy difícil de tratar, ¿por qué no mejor se queda con él? Sintiendo el delicado cuerpo de Matsukaze repegarse al suyo podría caer en la ilusión de que está con una mujer... Sin embargo, confiesa que el pasado de Asagi es lo que realmente le interesa saber, desconcertando momentáneamente a Matsukaze, quien con un triste susurro apunta que es evidente que se ha enamorado de Asagi y se distancia del joven. El protagonista sigue dudando si se trata en realidad de amor, pues no puede olvidarse que ambos son hombres, y no sabe definir ese apabullante sentimiento. Matsukaze considera linda su ingenuidad, y le da un último recado de Asagi: que vuelva a casa. Mientras camina hacia la salida, desanimado por no poder ver más a Asagi aquella noche, Asagi sale a acompañarlo hasta la entrada. Está que no cabe de felicidad de poder verlo una vez más. Al tiempo que caminan escucha las voces de otros clientes en Yoshiwara admirando la seductora belleza sin igual de Asagi. El joven se siente un poco compungido ante este obvio descubrimiento. Asagi le agradece por cuidar de Kotoha, el chico le ha dicho que fue de gran ayuda y está contento de haber acertado en pedirle a él dicho favor. El protagonista no se cree que Asagi le esté alabando y el acompañante lo nota, creía que estaría brincando de alegría pero parece ser que no se ha tomado en serio sus palabras. El protagonista está a punto de apelar, pero Asagi le roba un beso, dejándole completamente anonadado. Eso debe hacerlo más feliz que cualquier palabra de gratitud, explica el acompañante.

El protagonista camina de regreso a casa todavía en las nubes, siente su cuerpo acalorado y está hecho un desastre, es verdad, está enamorado de Asagi, no lo había comprendido porque nunca le había sucedido pero si ese sentimiento abrumador no es amor entonces nunca podrá amar a alguien. Como una proclamación de derrota a sí mismo el capullo del amor atormenta su corazón de forma agridulce durante la noche.

Mientras tanto en Peony House Matsukaze visita a Asagi que recién regresa de acompañar al protagonista y le cuenta cómo trató de ir tras él, pues a decir verdad es muy mono. Matsukaze le pregunta si quiere saber lo que sucedió pero Asagi responde que no suena interesante. Matsukaze comenta su frialdad y le pregunta si puede hacerlo su cliente, Asagi dando un jalón a su pipa y sacando el humo en una manera brusca le dice que el chico no es suyo así que puede hacer lo que le plazca; Matsukaze le mira divertido.

"La flor en capullo del romance se inflama y comienza a abrirse con un caprichoso beso. Si existen aquellos que anhelan su néctar, hay también aquellos que la cortarían de raíz. Pero la flor, ignorante, florece espléndida esperando con impaciencia la primavera."

El protagonista continúa yendo a diario para ayudar a Kotoha, siente como poco a poco el joven va abriéndole su corazón. En uno de estos días, mientras toman un descanso después de que Kotoha practicara su baile Asagi llega a anunciar que la práctica de hoy ha terminado y que Kenmochi está buscando a Kotoha para ver lo de un kimono. El protagonista lo toma como su señal para irse, no obstante, Asagi ha llevado una jarra de sake con la intención de disfrutarla juntos, el chico de inmediato cambia sus planes.
Ambos beben sake hasta terminar la jarra. El protagonista no podría estar más feliz, beber sake con la persona por la que tiene sentimientos es increíble. El aroma de Asagi es embriagante cuando éste se le recarga en el hombro.

Como lo más probable es que no pueda ver a Asagi si sus padres llegasen a enterarse de que visita un prostíbulo, realiza sus labores con diligencia. A la noche siguiente se prepara para ir a Peony House con la esperanza de pasar de nuevo tiempo con Asagi, sin embargo, es interrumpido por Yae, quien lo intercepta en el momento justo en que va a salir y le pide unas palabras con él. Ocupando todo su tiempo en Peony House se olvidó por completo de Yae. Su novia le cuestiona a dónde pensaba ir tan tarde, ¿quizás a Yoshiwara? Su amigo le ha contado lo extraño de su comportamiento cuando lo llevó, además ella misma le ha visto ir. ¿Se ha enamorado de una de las prostitutas? El protagonista intenta salir del aprieto explicando que sólo va a Yoshiwara para cumplir un favor que le han pedido; el prostíbulo que visita es de hombres solamente, así que no anda de mujeriego como ella cree... al ver la cara de disgusto de Yae se percata de que ha hablado de más.

Mientras tanto en Peony House Matsukaze y Kotoha se extrañan de que el joven aún no llegue, Matsukaze le pregunta a Asagi al respecto pero éste tampoco sabe nada, y Matsukaze comenta a manera de juego que tal vez se ha cansado de la frialdad de Asagi y ha decidió visitar otro prostíbulo. Asagi apunta que es improbable pues en primer lugar no le gustan los hombres, y en segundo, tiene novia.

En casa del protagonista, Yae expresa su asco hacia un prostíbulo de hombres visitado por otros hombres. A pesar de todo, Yae se siente aliviada de que no haya andado con otras mujeres. El protagonista le asegura que él nunca haría algo así, sintiendo una punzada de culpa al esconder sus sentimientos por Asagi. Yae se le acurruca y repega sus senos en su cuerpo, le pide que la tome como aquella vez que lo hizo afuera, fue increíble. Ella comienza a tocarlo y el protagonista acepta sus caricias sólo para intentar determinar en qué se diferencía el toque de un hombre al de una mujer. Yae dijo que era repugnante pero cuando Asagi lo tocó fue el momento más feliz de su vida, y no fue solamente ser tocado, la mera visión de Asagi le hace feliz; además, nunca jamás ha creído que Kotoha, quien es tan lindo, o Matsukaze, quien a pesar de poseer una belleza fuera de este mundo es tan amable, sean desagradables, esto le hace sentirse enfurecido de sus palabras. Pero ¿tiene derecho de sentirse furioso? teniendo una novia a la que no quiere, es penoso para ambos. Quedándose con ella en busca de comodidad y placer, se da cuenta de que es él quien está obrando con ruindad, si hace esto con ella entonces no tiene derecho de llamar amor a eso que siente por Asagi. Cuando Yae está por introducir el aún fláccido miembro de su novia en su boca, él la empuja; Yae le mira sorprendida. Él se disculpa y dejándola confusa sale corriendo hacia Yoshiwara. Llega a Yoshiwara sin aliento y Asagi le pregunta con amabilidad si ha sucedido algo, sin presionarle a hablar le guía al interior de Peony House. En el cuarto no está Kotoha, lo cual le extraña. Asagi le explica que ha salido a una enmienda, pero lo más importante en estos momentos es tranquilizarse, y tal como la primera vez que fue a Peony House, Asagi le quita la chaqueta y le pregunta si desea comer algo, ante su negativa Asagi opta por traer sake y aperitivos. Puede sentir en las atenciones de Asagi cómo está creando una atmósfera relajante para él, como si le dijera que está listo para escucharlo si desea hablar o bien para acompañarlo en silencio. El protagonista siente su amor por Asagi con más intensidad que nunca, le gustaría olvidarse de todo y vivir con él tranquilamente. Desea tocarlo, sabe que corre el riesgo de ser rechazado pero no le importa y temerosamente coloca su mano sobre la mano de Asagi que reposa cerca de él. Asagi se sobresalta por un instante, mas, posa su otra mano sobre la del protagonista, quien siente derretirse ante el calor de las manos de Asagi acunando la suya. Decidido a declararle sus sentimientos se queda sin palabras en el momento crucial, aun así vuelve a intentarlo pero es interrumpido por una noticia terrible: Kotoha ha desaparecido.

"La flor sin frutos, habiendo abierto sutilmente sus pétalos, engaña a los espectadores volviéndolos locos. Pero el néctar es demasiado dulce para reconocer que el mero florecer es pecado. La flor aumenta su fragancia e incrementa su vigor, para crecer todavía más y con mayor esplendor."

Kenmochi ha ido a a darle aviso a Asagi, ya ha mandado gente a buscarle. Asagi aunque desconcertado en un principio pronto recobra la calma. El protagonista no comprende cómo es que puede estar tan tranquilo cuando se ha esforzado tanto en entrenar a Kotoha. El compañante le dice que hay tantos desertores como estrellas en el cielo, y no hay nada que se pueda hacer al respecto. El protagonista sin embargo, está convencido de que Kotoha no desertaría, se estaba esforzando mucho. Aunque Asagi parece indolente no puede evitar pensar que la desaparición de Kotoha sí le ha afectado, así que decide ir en busca de Kotoha e ignorando los llamados de Asagi sale de Peony House. No sabe dónde buscar, mientras dará una vuelta por los alrededores. Escucha pasos detrás de sí y creyendo que podría tratarse de Asagi se vuelve, pero a quien encuentra es a Kenmochi quien se une en su búsqueda porque él tampoco cree que Kotoha haya huido, podría haberse visto involucrado en algún incidente. Aliviado por las palabras de Kenmochi le expresa su extrañeza ante la actitud de Asagi. Kenmochi le dice que no es de sorprender, Asagi siempre intenta mantenerse alejado de otros, y no confiar en ellos, a pesar de actuar alegre aprendió hace mucho tiempo a mantenerse distante y sin lazos, tras una breve pausa se disculpa, ha dicho demasiado, y le pide que no le comente nada a Asagi. Caminan por los alrededores pero no hay señales del chico, Kenmochi tiene una corazonada y le sugiere checar cierto lugar.

Mientras tanto en Peony House Matsukaze va a preguntarle a Asagi si es verdad que Kotoha ha desaparecido. No le suena a huida. Asagi le dice que es cosa común creer que sabes algo de alguien cuando en realidad no es así. Creyó que este era el único lugar donde Kotoha podía vivir pero quizá sólo le impuso esa creencia porque este es el único lugar donde él puede estar. Kotoha pudo haber tenido más caminos de dónde elegir.

El sitio de la corazonada de Kenmochi era el prostíbulo más prestigioso de Yoshiwara: Jade Tower. Al parecer el dueño del lugar ha puesto el ojo en Kotoha desde hace tiempo y quizá quiere reclutarlo por la fuerza. Sin embargo, a diferencia de Peony House este prostíbulo es de mujeres. Puede que su objetivo no sea únicamente reclutarlo. Sin entender muy bien, el protagonista sigue a Kenmochi pero como era de esperarse no los dejan pasar, agotadas las ideas entran en desesperación, cuando a sus espaldas escuchan una voz diciéndole al protagonista que es todavía menos confiable de lo que ya creía: se trata de Asagi, portando su habitual sonrisa. Consigue que el guardia les permita el acceso seduciéndole, por última besa la mejilla del hombre como adelanto de su posterior recompensa. El protagonista hierve en celos. Asagi le dice que está exagerando por un beso en la mejilla, pero el protagonista no puede controlarse, después de todo, ver a la persona que amas besar a alguien más duele demasiado. Finalmente entran a Jade Tower y después de un rato de instalarse en una de las habitaciones el dueño aparece. Asagi va directo al grano, pero el hombre comenta que tal vez el chico al que buscan se escapó harto de sus maltratos. El protagonista defiende Peony House, sin embargo, Asagi le manda callar, no tiene caso hablar con una persona ruin, resulta que el hombre maltrata a sus prostitutas. Asagi no había hecho nada al respecto puesto que es el sustento de muchos de sus acompañantes pero ahora no será igual, derrumbará su negocio. El hombre sintiéndose arrinconado entrega a Kotoha, quien de rodillas y con el rostro bajo se disculpa con Asagi.
Asagi le da una cachetada, si realmente planea convertirse en un acompañante debería tener a un hombre como ése comiendo de la palma de su mano. Proceden a irse de Jade Tower y de vuelta en Peony House Asagi inquiere sobre la abducción de Kotoha. El chico explica que salió a ver si el protagonista llegaba puesto que estaba muy retrasado y fue en ese momento que se lo llevaron. El protagonista se disculpa por la demora y Asagi apunta que Kotoha se ha encariñado con él. Kotoha lo confirma, y suelta una bomba: si tan solo el protagonista fuera su primer cliente...
Asagi, divertido, lo anima. El joven tiene sentimientos encontrados, no le agrada que Asagi le diga que se acueste con otro hombre. Logra zafarse de la sugerencia de Kotoha y continúan charlando, Asagi le trata con la naturalidad de un amigo y esto le pone muy feliz. Finalmente Asagi lo lleva a la salida, cruza su brazo con el suyo y se siente como si fuera un cliente. El protagonista está tan feliz que no le apetece irse. Kenmochi los ve partir y dice para sí que la sonrisa de Asagi parece haberse suavizado, espera que su vida sea tranquila de ahora en adelante.
El joven llega a casa de buen humor; hoy pudo hablar mucho con Asagi y sintió que se volvió más cercano a Kotoha, sin imaginarse que Yae lo estaría esperando justo afuera, como un ogro; su buen humor desaparece de inmediato.

"Sin importar cuan dulce el aroma de una flor sin frutos, no todos la amarán. A momentos será repudiada y podada. La efímera flor, incapaz de resistir será entrampada y su vida le será arrebatada en cualquier momento."

Yae le pregunta si ha ido a Yoshiwara, el protagonista admite haber ido, y le habla de la desaparición de Kotoha, de lo bonito que es y de cómo a pesar de no hablar mucho y carecer de gracia es directo y se esfuerza mucho, le ha estado enseñando a tratar a los clientes y ha estado supervisando su progreso en las artes escénicas. Sin poder contenerse habla sin parar de Peony House, hasta ahora no había podido hablar con nadie al respecto. Le habla de Matsukaze y su belleza femenina, pero con quien pasa más tiempo es con Asagi, es arrogante pero también fascinante. Yae harta de escucharlo lo manda callar furiosa ¡esas personas lo tienen vuelto un loco! ¿qué tiene de divertido pasar el tiempo con los miembros de un prostíbulo masculino? Ha cambiado desde que los conoció. Por supuesto que ha cambiado, el protagonista recuerda cómo solía vivir en apatía, sin interesarse por nada y por nadie, pero ahora es distinto, tan sólo saber que irá a Peony House por la noche le incentiva a trabajar duro durante el día, su vida se ha vuelto más vibrante. ¿Por qué tiene que juzgarlo cuando por fin ha sido capaz de disfrutar su día a día? Ella retoma la palabra, es raro como hombre que esté tan absorbido en un prostíbulo masculino; llorando le ruega que vuelva a ser el mismo de antes. El protagonista se cuestiona si en realidad es tan raro, simplemente está pasando tiempo con el hombre que ama y aquellos que le rodean. A pesar del sentimiento de culpa por continuar su relación con Yae sin importar sus sentimientos por Asagi, algo en las palabras de la chica no suena real. No obstante, la acompaña hasta su casa pues continúa llorando.

Al día siguiente regresa a Peony House, Asagi de inmediato nota su mal semblante y le pregunta despreocupado si su novia le ha dejado o algo así. Kotoha estará ocupado esa noche pero Asagi le hará compañía hasta que un cliente llegue. Con una sola frase Asagi arrasa con las nubes nublando su corazón. Entonces, con un semblante más serio Asagi insiste, ¿algo malo le ha sucedido? y volviendo a su actitud de siempre le dice que si ha sido botado quizás él puede consolarlo. El protagonista le responde que es algo un poco más complicado, y se aventura a preguntarle su opinión acerca de que él tenga novia. Asagi con glacial indiferencia responde que novio o novia no le concierne, si comenzara a preocuparse por las relaciones románticas de sus cliente no podría darles sueños, y bueno, para empezar él no es su cliente. El protagonista se siente mal al ver que después de todo este tiempo sigue siendo menos que un cliente para Asagi. Su corazón duele con el tránsito de aquellos sentimientos no correspondidos. Eligiendo cuidadosamente las palabras le dice que quiere que lo mire, su corazón está confundido por este incesante deseo de captar su atención. Asagi se ríe desdeñoso, cómo puede decir semejante cosa cuando ni siquiera está preparado para terminar con su novia. Enfurecido, el joven lo toma del brazo con fuerza y le reclama que siempre se burle de él; tumba a Asagi y se le monta. ¡¿Acaso no lo escuchó?! quiere que lo aprecie más. Asagi no responde y el protagonista continúa, de ser necesario lo logrará por la fuerza y comienza a besar el cuello de Asagi, quien no se resiste pero tampoco coopera. Le abre el kimono y toca su cuerpo: el cuerpo de Asagi que tanto a anhelado tocar. Con cada caricia se enciende más, y continúa tocándolo con lujuria insaciable. Sus ojos se cruzan con la mirada glacial de Asagi, quien al fin sale de su silencio, "¿ya casi está satisfecho?". El protagonista se detiene en seco. Asagi le echa en cara el que a pesar de querer ser apreciado él no parece apreciarlo, le está haciendo eso porque lo considera algo con lo que podría hacer lo que le viniera en gana si tuviera el dinero. En vez de acercarse tanto como para quemarse debería simplemente admirarlo de lejos. El protagonista no puede negar sus acusaciones, no después de haberlo tumbado al suelo para someterlo, le hizo algo despreciable siendo que lo ama tanto. No tiene derecho a argumentar nada a su favor. Se distancia de Asagi y sale de Peony House.

Cuando llega a su casa en mitad de la noche sus padres le están esperando. Su padre le ordena casarse con Yae a la brevedad y tener hijos. De hacerlo desviará la mirada de sus diversiones nocturnas. El protagonista sorprendido le pregunta cómo se ha enterado. Resulta que Yae fue con ellos empapada en llanto para quejarse de que ha estado yendo a Yoshiwara todos los días. Su madre le ordena que se deje de tonterías y se case y sea feliz, esa es la vida apropiada que debe llevar. El protagonista se pregunta qué es una vida apropiada, desde que comenzó a ir a Peony House le ha agarrado gusto al trabajo y sus días son más productivos que nunca. Su padre insiste que si lleva una vida apropiada entonces no le reclamará sus diversiones ocasionales, pero mientras no forme una familia no puede permitirle semejante conducta. Su padre le dijo que repensara su vida, pero apenas comienza a sentir que vive. Cómo puede juzgarlo si no sabe nada suyo. Dándole vueltas hasta el amanecer llega a Yoshiwara sin saberlo. Cuando está a punto de volverse para seguir con su caminata sin rumbo Asagi le llama, fue a acompañar a un cliente hasta la entrada. Pensar en que Asagi ha tomado un cliente como si nada después de lo sucedido le hace sentir mejor y a la vez extremadamente solo. Le pregunta si se irá a dormir ya, Asagi le responde que era su plan inicial pero ha cambiado de opinión y lo invita al prostíbulo con una sonrisa, como si ya se hubiera olvidado de lo que le hizo anoche. Le ofrece un trago pero el protagonista lo rechaza, pensando en lo de anoche se siente aplastado por la culpa. Aunque Asagi ya no luce molesto siente el deber de disculparse, sólo que no sabe cómo hacerlo. Asagi se sienta frente a él, tan cerca que sus rodillas podrían tocarse. Asagi entonces se disculpa, se pasó de cruel anoche. El protagonista alza la voz y asevera que fue él quien hizo mal, no debería disculparse. "Mírate. Debiste sentirte muy herido", le dice Asagi.
Le pide que no se preocupe más y acaricia su cabeza como haría con un niño, nuevamente se disculpa, ¿lloró anoche? Con cada caricia de Asagi siente sus preocupaciones disiparse poco a poco. Asagi le dice que deje pasar lo de anoche, están en un prostíbulo, puede pensar en ello como un sueño que compartieron, un mal sueño que el protagonista tuvo, el próximo podría ser uno bueno. El joven declara que entonces le gustaría que ese sueño fuera con él. Si fuera un sueño interesante no le molestaría, contesta Asagi. Todavía acariciando su cabeza Asagi junta sus frentes. Su bellísimo rostro parece de ensueño ya. Asagi admite su culpa, lo provocó para que se enfureciera. Pero el protagonista toma la responsabilidad, no debió perder el control por algo tan insignificante. Lo cierto es que se sintió furioso consigo mismo al ser incapaz de terminar con Yae. Le gustaría hacer todo a un lado y dedicarse únicamente a Asagi, de la misma forma en que le gustaría que Asagi lo viera solo a él. Sabe que está siento increíblemente egoísta, pero duele pensar que hasta hace un momento Asagi estaba durmiendo con otro hombre. Quisiera aprisionarlo entre sus brazos por siempre. Temeroso de ser rechazado le pide a Asagi que le permita abrazarlo, no volverá a hacer nada como lo de anoche. Con una sonrisa Asagi accede, puede hacer lo que quiera. Asagi extiende sus brazos y el protagonista lo abraza, diciéndole que creyó jamás lo dejaría volver a tocarlo de ése modo. Asagi le insta a olvidar ese mal sueno, está en el pasado, debería tener uno nuevo ahora. El protagonista insiste en que nunca lo olvidará, porque no quiere hacerlo sentir otra vez de ése modo jamás. Qué serio, apunta Asagi, devolviéndole el abrazo; le invita a que se recueste, necesita descansar. El joven afirma encontrarse bien pero Asagi puede ver a través de su mentira, tiene los ojos rojos. Le pide ser bueno y recostarse, Asagi lo empuja sobre el suelo y apoya su peso sobre de él, el corazón del protagonista se acelera ante aquél querido peso y esa fuerte constitución, diferente a la de una mujer.
Se pregunta si Asagi está preocupado por él aún después de su terrible conducta o será que esa es su actitud de acompañante... incluso si lo trata como parte de su trabajo, se siente dichoso de que le preste esas atenciones. Asagi continúa acariciando su cabeza dulcemente. La dicha de sólo intercambiar palabras con su amado es tanta que podría romper en llanto en cualquier momento. Esto es lo que siempre había querido, no importa si lástima a alguien o si le hacen daño y le llaman homosexual, ya no le importa. Acaricia suavemente la mejilla de Asagi y este deja escapar una tímida risita, acaso lo está tratando como a un niño, pregunta. El protagonista argumenta que es él quien acaricia su cabeza, pero Asagi culpa a sus ojos que lucían como si quisieran que le acariciara. Siendo observado por esos bellos ojos el protagonista siente que su corazón va a estallar. Asagi es todo lo que necesita, si para aferrarse a esta felicidad necesita tirar su antigua calma y tranquilidad está bien, ya no puede contener sus sentimientos y confiesa a Asagi que lo ama. Lo mira fijamente con una ligera sensación de irrealidad mientras Asagi parpadea confundido y mudo.

"Como un viento caprichoso que se acerca y luego se va, y en ocasiones te vuela con él. ¿Será la flor sin frutos capaz de tomar la fuerza del viento al cual anhela a pesar del peligro de ser volada para florecer, o será destrozada por la tormenta a la que encara? La hora fatal se acerca."

Una vez más le repite que lo ama, Asagi cierra los ojos y le dice que su rostro luce completamente distinto a cuando lo conoció, mientras le acaricia la mejilla con gran afecto. Incluso él mismo siente que ha cambiado desde que lo conoció, le asusta convertirse en un desconocido. ¿Por qué no vuelve a la normalidad entonces? inquiere Asagi. El protagonista asevera que ya es imposible y besa tiernamente la punta de sus dedos, el cuerpo de Asagi tiembla suavemente ante su inesperado gesto. El protagonista procede a besar el dorso de su mano y luego lame suavemente uno a uno sus largos dedos, le dice que sus esbeltos dedos de firmes articulaciones son hermosos y su corazón late a prisa cada vez que lo tocan. Asagi se sobresalta cuando el protagonista mete completo su dedo en su boca, su voz es tan dulce que le excita.

Arqueando las cejas avergonzado Asagi comenta lo persistente que es. Nadie nunca le ha llamado así, todas las mujeres con las que ha estado le decían que era demasiado desinteresado, piensa para sí, pero si así lo considera, eso solo demuestra lo mucho que lo ama, también es la primera vez que ha amado tanto a alguien, así que no sabe cuanto debe decirlo, le pide que le avise si se sobrepasa. Asagi le informa que no tiene intenciones de hacer algo tan tedioso, "haz lo que te plazca y juzga tu mismo". Relajado por no haber sido rechazado por el momento, el joven besa el cuello de Asagi, comenta lo bello que es su cuerpo. Asagi avergonzado le da las gracias y el protagonista continúa bañándolo de besos desde su cuello hasta su pecho. Le dice cuan cautivado está con sus hombros, masculinos, y su firme pecho, a pesar de nunca antes haber deseado tocar a un hombre, está absurdamente atraído por él, le es tan precioso que no puede soportarlo. Al tiempo que acaricia su cuerpo, frotando sus pezones, Asagi comienza a dejar escapar pasionales gemidos ahogados. Sus pálidas piernas visibles entre su ropa, sus caderas de sensuales movimientos, quiere hacerlo todo suyo, ama todo de él, declara. Acariciando sus muslos y glúteos por encima de su kimono finalmente besa sus pies. Ante el evidente desconcierto de Asagi le dice que hay lugares que quisiera tocar, pero no lo hará hasta que lo autorice, después de todo aún no es su cliente, y quiere ser más cercano que un cliente. No va a obligarlo, ni tampoco va a forzarlo como parte de su trabajo, con estas palabras se abraza a su cuerpo una vez más. Esta duro de la excitación, pero lo soporta por sus sentimientos hacia Asagi. Si lo rechaza seguro dolerá, pero se abstendrá y trabajará duro para lograr que lo ame. Asagi suspira al sentir sus besos en su oreja. El protagonista se pregunta si el cuerpo de Asagi se estará calentando poco a poco, si fuera a sentir placer por él se sentiría inmensamente feliz. Asagi le pregunta si no estaba asustado de su transformación, el joven confiesa que sí, todavía lo está, no sabe qué espera obtener de estar piel con piel con otro hombre, puede que cause tristezas a alguien, pero no seguir así le causará tristeza a él mismo, no importan los obstáculos que deba sobrepasar, quiere estar con Asagi, quiere saber más de él, sentirlo más; entrelazando sus manos las presiona sobre el futon, puede que no piense mucho de él ahora, pero se convertirá en alguien querido, aunque sea un poco solamente. Asagi se ríe y el protagonista le reclama. Asagi se disculpa, lucía tan desesperado que quiso animarlo un poco, Asagi sonríe gentil, y sólo por ver esa sonrisa perdonaría todo. No puedes jugar con refinamiento después de todo, le dice. Se pregunta si aun juntando el dinero suficiente para comprarlo será rechazado, destrozado por sus emociones deja caer su cabeza en decepción. "¿De qué te deprimes?", le pregunta Asagi, con un compañero así de inocente hasta él se olvida de jugar. ¿Será que de verdad va a ser su pareja? El joven le pregunta qué piensa de él, pero Asagi le evade, debe averiguarlo por él mismo. El protagonista insiste y Asagi le dice que para él es simplemente él. Inconforme con tan vaga contestación el joven le reclama por no explicarse mejor, aun si Asagi dice que está bien si no lo entiende, él quiere saber puesto que Asagi sabe sus sentimientos y lo que quiere con él. Con un ligero rubor Asagi acepta los sentimientos del joven, aunque no los corresponde con palabras el sólo hecho de que los haya aceptado hace que el protagonista robe sus labios, incapaz de contener por más tiempo las emociones que ha estado conteniendo. Asagi recibe su beso con una sonrisa romántica, y su mente se pone en blanco cuando sus lenguas se entran en contacto. Durante el beso toca la entrepierna de Asagi y siente su miembro duro, ¿acaso está así por él? Asagi acepta sus caricias y deja escapar un gemido enloquecedor. Quiere darle más placer, es la primera vez que desea tanto complacer a alguien. Deja su pene expuesto, lo mira, traga saliva y comienza a masturbarlo. Asagi estremeciéndose ante sus caricias es tan sensual que no puede dejar de mirarlo. Asagi entonces le dice que es suficiente, pero sintiendo que no le ha dado suficiente placer decide ignorarlo y aumentar la velocidad de su mano.
Los gemidos de Asagi van en sincronía con sus movimientos, le dice lo feliz que está de que lo esté sintiendo, y aunque Asagi se queja, finalmente libera su pasión. El protagonista lo abraza entonces, pero Asagi pronto invierte la situación y lo monta, abriéndole el kimono por completo y acariciando su miembro erecto y húmedo. Asagi toca su miembro, con su sonrisa arrogante le pregunta si está tan duro y húmedo de sólo haber tocado el suyo, está demasiado excitado, ¿cómo se siente? ser tocado por un hombre. El joven con honestidad le responde que siente que se derrite. Todo su cuerpo se estremece. Asagi acerca su boca a sus partes, toca su ano con la punta de sus dedos, se siente tan avergonzado que podría estallar. Asagi le pregunta si es la primera vez que lo tocan allí, de ser así será gentil. Mientras continúa masturbándolo le lame el culo. La vergüenza se apodera del protagonista al pensar que nadie le ha tocado allí nunca y sin embargo Asagi lo está lamiendo con avidez. Ahogado en placer virginal se despoja de su pena y gime ruidosamente. Asagi está contento con su reacción, quiere hacerlo gemir más. Asagi introduce bien su lengua en su orificio y el protagonista no puede contener más su placer. Enseguida que se corre cae dormido.

Asagi sale del cuarto y va a ver a Kotoha y a Matsukaze, fuma su pipa mientras observa a Matsukaze bailar con la música del shamisen de Kotoha. Al terminar una canción Kotoha se sienta frente a Asagi y mirándole a los ojos le pregunta si ama al protagonista. Asagi ríe y responde que no ama a nadie, en esa línea de trabajo no se puede. Matsukaze interviene, ¿no se está convenciendo de que no debe amarlo? ¿o será que no quiere darse cuenta? ¿se equivoca? Asagi continúa fumando su pipa sin prestar importancia a las palabras del bello acompañante.

Cuando el protagonista despierta Asagi ya no está a su lado, incapaz de mirarlo a la cara deja Peony House y se va a trabajar. Escucha pasos livianos seguirlo, se trata de Kotoha. Kotoha ha ido a acompañarlo hasta la salida, el protagonista se siente preocupado, no hace mucho que lo secuestraron, ¿debería irlo a dejar a Peony House? Kotoha, con una expresión afectuosa le llama preocupón.
Se sorprende de ver esa expresión en Kotoha quien siempre fue inexpresivo, mientras está allí conmovido, Kotoha toma su mano y le anuncia que lo quiere, pero también quiere a Asagi y desea que ambos sean felices. El joven le da palmaditas en la cabeza como agradecimiento por su apoyo y le promete esforzarse. Tan pronto se despide de él se da cuenta de que Yae lo está esperando justo afuera de Yoshiwara. Yae lo mira con una mezcla de furia y reproche, le pregunta si ese chico trabaja en el prostíbulo, al responderle afirmativamente Yae le insta a que vaya a detenerlo y le informe que no volverá más, no debería venir a estos lugares, tiene que cortar todos sus lazos. Lo empuja con fuerza pero él no cede ni un paso. Haciendo una profunda reverencia le pide que termine con él, ella iracunda y con lágrimas en los ojos lo llama basura y se echa a correr. Sabe que ha herido a Yae, pero ahora que por fin encontró su camino no puede seguir así.

Mientras tanto en Peony House, Kenmochi explica a Asagi que hay un cliente que quiere comprarlo, Asagi asiente en señal de comprensión y acepta la oferta. Kenmochi luce una expresión abatida, como si dicha resolución no fuera a traerle alegría ni esperanza, Asagi dibuja una efímera sonrisa en su rostro.

"La flor del romance florece en secreto bajo un cielo nublado. Aunque está acompañado de indescriptible alegría oscuras nubes le cubren, esperando deshojar sus pétalos en cualquier instante."

De vuelta en casa, como va tarde para el trabajo aprovecha para contarle a sus padres lo sucedido. Ellos quedan impresionados ante la noticia del rompimiento, incluso si no quiere tener hijos o casarse ahora alguien puede llegar que le haga cambiar de opinión. El protagonista entonces les confiesa que ama a alguien más, e incluso si permanece toda la vida al lado de esa persona no podrán tener hijos nunca. Su madre le pregunta si debe ser esa persona por fuerza. Él piensa en Asagi y convencido de que tiene que ser él sin importar el qué les confirma que está completamente seguro de que nunca conocerá a nadie a quien ame más que a esa persona. Nunca había ido en serio con nadie, y recientemente ha conocido a alguien a quien ama con todo su corazón. Sus padres le miran impresionados por la manera pasional en que habla. Sabe que es deshonroso pero no va a echarse para atrás, planea quedarse con esa persona para siempre. Sus padres continúan impactados ante su persistencia, después de haber ido con la corriente toda su vida es inaudito.

Cuando va a Peony House aquella noche Kenmochi lo recibe, Kotoha está ocupado entrenando y Asagi está con un cliente así que no podrá acompañarlo, ¿desea esperar? Responde que sí. La idea siempre había estado en un rincón de su mente, pero ahora que sabe sus sentimientos, al pensar en Asagi teniendo relaciones con otro hombre es como si su corazón fuera a desgarrársele.
Pero ése es su trabajo, no hay nada que pueda hacer. Ni siquiera puede visitarlo de forma normal, y los celos hacia sus clientes crecen exponencialmente. Kenmochi le lanza una pregunta inesperada, ¿está tratando de volverse su pareja y no su cliente? Kenmochi aguarda su respuesta con expresión severa. El protagonista confiesa que así es. Sabe que no es su pareja en la actualidad, pero quiere ser alguien digno de Asagi. Kenmochi baja la mirada, decepcionado, preocupando al protagonista. Kenmochi le recuerda que Asagi es un acompañante e incluso si lo amara por un tiempo, el protagonista no podría con él.
Muchos se han enamorado de Asagi y han fracasado, espera ver con sus propios ojos si cumple su objetivo. El protagonista todavía curioso del pasado de Asagi le pregunta al respecto. Kenmochi solo sabe a partir de cuando fue vendido a Peony House, en ese entonces él también era un acompañante, y no el dueño. El dueño llevó a un niño harapiento y sucio y se lo dio para que lo bañara, una vez limpio resultó poseedor de una fascinante belleza. El protagonista inquiere sobre el porqué Asagi llegó en ese estado, pero Kenmochi no es el indicado para revelar eso. No obstante continúa contándole de cómo Asagi pronto se volvió muy popular, sobrepasando inclusive a los acompañantes de prestigio. El mismo Kenmochi fue el asignado para darle entrenamiento, y enseñarle artes escénicas, de repente se queda en silencio y el protagonista al seguir su mirada se percata de que Asagi está allí. Este les pide lo inviten a su entretenida conversación, ambos se disculpan con él, pero no le da importancia y lleva al protagonista a una habitación. Allí Asagi le pregunta si fue divertido hablar de su pasado, no tenía intenciones de hablar acerca de eso, pero tampoco supone ningún secreto, como sea, tiene una historia super interesante que contarle. El protagonista extrañado de su entusiasmo por iniciar una conversación le escucha con atención. Asagi comienza a hablarle del cliente al que atendió hoy, es un hombre mayor pero repone el tiempo perdido. Le dice que es un cliente frecuente pero hoy estuvo más activo e intenso de lo habitual. El protagonista se pregunta porqué el hombre que ama tiene que contarle sobre dormir con otro, sintiendo su corazón apesadumbrado mantiene los labios cerrados. Nunca antes le había dicho nada por el estilo así que debe haber una razón. Asagi continúa relatándole cómo el hombre lo lamió por completo hasta que estuvo duro, le describe todas las formas en que el cliente lo tocó. El corazón del protagonista ya no puede más con el dolor que escucharle decir eso le está provocando. Asagi le habla de cómo ése hombre pensaba no sólo en él mismo sino en darle placer, eso le hace pensar que debe ser agradecido. Aunque no puede sacudirse la soledad le dice lo que quiere oír "has sido bendecido con buenos clientes". Asagi le responde, acariciando su mejilla, que él es interesante a su modo. Esto hace que su melancolía se disipe y siente que flota en una brisa. Asagi se disculpa por entretenerle con esa plática pero hoy es un día especial, hoy es su último día, alguien lo va a comprar. El joven le cuestiona si eso lo hará feliz, es la primera persona a la que ha amado así que quiere que sea feliz. Asagi le dice que es demasiado blando, y con una expresión de pesar recarga la frente en su hombro. No tiene opción más que aceptar la oferta, así que no debe preocuparse. El protagonista insiste, no luce feliz, ¿ama al hombre que lo va a comprar? Asagi le responde que él no ama a nadie, no debe hacerlo. Este parece ser un buen momento para decirle todo sobre su pasado. Cuando nació no se supo quién era su padre. Su madre era despiadada y lo vendió sin dudarlo. Después de ser vendido pasó por las manos de muchos hombres y de algún modo se mantuvo con vida. En un prostíbulo eso no es tanto, incluso Kotoha llegó allí tras ser abandonado. El protagonista recuerda cómo Asagi habló de circunstancias similares, y también le da curiosidad saber de Kotoha, pero siempre las heridas del ser amado pesan más. Después de venir al prostíbulo comprendió que puedes ascender en el mundo por medio de tus acciones, aunque puede que haya muchos prejuicios en el exterior, ése estilo de vida lo salvó. El joven incapaz de contenerse lo abraza. Como ha sufrido tanto necesita encontrar la felicidad, ¿ser comprado lo hará feliz? Asagi contesta que sí ,al menos más que si se rehusara. Desde que Amamiya lo acogió, poco a poco su felicidad ha ido en aumento. El protagonista se pregunta por el paradero actual de Amamiya, ¿será él quien quiere comprarlo? Pero Asagi lo niega. ¿Sigue trabajando en Yoshiwara? Muere de curiosidad por saber más de aquél hombre tan conectado a Asagi. Asagi con una expresión severa responde que él mató a Amamiya y con oscuros e inexpresivos ojos baja la mirada.

"El evanescente amor se bambolea desordenado ante la tormenta, a punto de llegar a un miserable final en cualquier momento. A pesar de que el dulce néctar continúa cautivando el corazón, una despedida se aproxima. Debería arrancarse la flor sin frutos antes de que su cuerpo y alma se fundan en la nada."

Asagi le pregunta si está asustado por lo que acaba de decirle, si se relaciona con él podría encontrarse en circunstancias aterradoras. Ante la incredulidad del protagonista Asagi le confiesa que ha hecho cosas sucias para llegar hasta ese lugar. El joven insiste en que esos fueron casos ineludibles, Asagi es una persona gentil, se da cuenta por la manera en que cuida de Kotoha. Asagi, con una expresión de aflicción le dice que lo tiene muy en alto, no merece que piense tan bien de él. Extrañamente afectado, Asagi se afianza de su manga. Asagi le explica que le provocó una muerte desafortunada a Amamiya, quien cuidó de él con esmero y lo trató como a un ser humano. Con el paso del tiempo se ha percatado de que la fortuna abandona a aquellos cercanos a él, y únicamente la desgracia les espera. Por eso si decide involucrarse con él será mejor que pinte una línea y pase una efímera noche como su cliente o bien no vuelva a verlo nunca. Ambas opciones son por su bien. El protagonista está por objetar pero Asagi le interrumpe, aunque ha dicho que como cliente, es imposible, pues lo van a comprar. A pesar de que Asagi está riendo, no se siente como una risa sincera. El protagonista le enfrenta, ¿es el cliente que lo va a comprar alguien que puede jugar con refinamiento? Quizá sea el hombre mayor con el que le vio besarse, piensa para sí mismo. Asagi murmura que de ser ese el caso el resto de su vida sería interesante. Pero como acaba de decirle, lleva la desgracia a quienes se involucran con él, así que no puede atestiguar la desgracia de clientes importantes. El protagonista se escandaliza al descubrir que Asagi está siendo comprado por alguien por quién no siente la menor simpatía. Cuando estaba bajo el cuidado de Amamiya hubo un hombre que se empecinó en comprarlo pero Amamiya lo ahuyentó, ahora ha vuelto. El protagonista le pregunta si un acompañante de su nivel no puede negarse a su oferta. Asagi le dice que desde una perspectiva de posiciones sí puede, pero no le conviene, de rehusarse no sabe qué consecuencias habría para Peony House. El protagonista no piensa permitir que Asagi cargue con todo solamente para evitar que aquellos a su alrededor sufran. Asagi le dice que no hay nada que pueda hacer. El protagonista entonces declara que lo comprará. Asagi le refuta, cómo podrá comprarlo si ni siquiera tiene el dinero necesario para visitar un prostíbulo como es debido. Cuando ya no esté todas sus dudas se aclararan, puede que esté hasta las manitas por él ahora, pero es temporal, se olvidará de él... pero él protagonista lo toma por los hombros, ¿¡cómo va a olvidarse de él!? es la primera persona a la que ha amado tanto, jamás podrá olvidarlo. Juntará suficiente dinero para comprarlo, salvarlo y hacerlo feliz. Asagi le dice que no puede hacerlo, para empezar no lo permitirá, si lo arrebata lejos de aquél hombre se pondrá en peligro. El protagonista le pide que no se preocupe por ello, no importa lo que suceda, no perderá. Asagi, un poco renuente a tener que ponerlo en palabras, le dice que no quiere que sea infeliz. Quiere que encuentre la felicidad en un lugar seguro. Su tono de voz, sincero y determinado le atraviesa hasta el corazón. Le repite que no va a abandonarlo, no sabe cuánto tiempo le tomará pero va a comprarlo, sólo debe esperar. Asagi se burla, si lo espera ambos serán ancianos. El protagonista responde que no importa, lo seguirá amando sin importar cuantos años pasen. Asagi comenta acerca de lo seguro de la expresión en su rostro y se deja caer en sus brazos, con un tenue rubor en sus mejillas. El protagonista lo separa un poco y alzando su barbilla le planta un beso, es obvio que ha ganado confianza pues ha llegado a aceptar sus besos. Asagi está impresionado de su actitud, y el joven se sonríe. Asagi le salta al cuello, propinándole besos, pensaba que había cambiado por completo pero todavía es muy malo besando. El protagonista entonces le pide que le muestre qué tipo de besos le gustan. Asagi responde que no hay más remedio, pero sus clases son caras. Tras dejar que el acompañante acariciara juguetonamente sus labios con su dedo, finalmente lo mete en su boca. Cuando Asagi lo toca se siente bien, no piensa dejar ir esa sensación y chupa su dedo con avidez. Asagi, sorprendido quizá, remueve su dedo. El protagonista le pide que lo deje pasar, puede que no tenga dinero pero se le entregará por completo. Asagi, con su habitual sonrisa le dice que es una ganga, aunque lo tuviera para él solo por el resto de su vida no sería suficiente. Con una mirada hechizante Asagi lo besa una y otra vez para mostrarle. El protagonista a pesar de querer conocer el tipo de besos que gustan más a Asagi no puede contenerse al ser besado así, lo tumba sobre el suelo y se deshace de ambos kimonos. Le repite que lo ama. Volviéndose uno con Asagi la dicha y el placer es tanto como para volverlo loco. El interior de Asagi se siente apretado, y con cada embestida una ola de increíble placer lo inunda.
Asagi deja escapar su voz, ¿también lo está disfrutando tanto como él? Le repite cuanto lo ama, y le asegura que lo hará feliz sin importar qué. Asagi está por objetar pero el protagonista sella sus labios con un beso y entrelaza sus lenguas. Los ojos de Asagi se tornan vidriosos y su expresión es de éxtasis. El protagonista le dice que puede besarlo y tenerlo entre sus brazos como hace ahora, lo siguiente es hacerlo feliz, y que no le diga que no puede. Lo logrará a toda costa, sólo debe observar a su lado. Asagi lo llama tonto y lo abraza con fuerza, haciendo más profunda la penetración. El protagonista continúa, conteniendo sus sentimientos, ignorante de que Asagi está derramando lágrimas. Tras quedarse dormido después de su sesión de placer despierta en medio de la noche y ve a Asagi dormir, su rostro luce indefenso. Ante esta visión siente que su amor por él crece todavía más. Le gustaría volver a sentirlo, pero si es demasiado impaciente podría agotar la cortesía de Asagi, así que para calmarse va en busca de agua fría y en el pasillo se encuentra a Matsukaze, quien le pregunta si ha hecho algo con Asagi. Se pregunta si habrá escuchado algo, pero Matsukaze le dice que lo lleva escrito en el rostro mientras acaricia su mejilla. El protagonista se queja de que eso es vergonzoso y Matsukaze encuentra adorable su reacción, se lamenta no haberlo conocido primero que Asagi, Asagi vive sin desear amar a nadie, es como si estuviera desperdiciado en él. Observado por sus hipnotizantes ojos se siente sacudido, y para contrarrestar sus palabras señala que entonces Matsukaze estaría desperdiciado en él. Matsukaze apunta que suena como si estuviera de acuerdo, pero el protagonista lo niega con ahínco. No es él quien está desperdiciado en Asagi, sino Asagi en él, aun así quiere reducir esa diferencia de algún modo. Matsukaze le pregunta si está dispuesto aceptar la negativa de Asagi a ser feliz, porque no va a cambiar hasta el día en que muera. Esto le desanima un poco pero no piensa renunciar. Matsukaze se da la vuelta para volver a su habitación, se ofrece a hablar con él siempre que lo necesite. El protagonista aprovecha para preguntarle sobre lo que Asagi dijo que haber matado a alguien. Con un expresión de agobio, Matsukaze explica que hubo un hombre obsesionado con él y Amamiya lo defendió, protegiendo a Asagi de una puñalada y muriendo en consecuencia.
Aunque está aliviado de comprobar que Asagi no es un asesino, su corazón duele al imaginar lo que Asagi sintió cuando eso sucedió. Fue así que Kenmochi heredó Peony House como último deseo de Amamiya. El protagonista todavía siente curiosidad y le pregunta si es el cliente de aquella ocasión el que ahora quiere comprarlo. Aunque Matsukaze responde que no, admite que este también es un personaje turbio, y considerando que Kenmochi no puede proteger Peony House es que ha aceptado su oferta. Asagi tiende a atraer a ese tipo de hombres, aunque el protagonista también parece muy prendado de él. Su curiosidad ha sido saciada, mas, no puede evitar sentirse agobiado por la fatal compra, pues es obvio que Asagi tampoco quiere ser comprado. Matsukaze se queja de que Amamiya, el protagonista e incluso Kenmochi, todos estén ensimismados con Asagi, no es justo. En un intento por levantarle el ánimo Matsukaze le sonríe y pone su mano sobre su hombro. El protagonista se disculpa, él y Kotoha también le son preciados. Matsukaze con una ingrávida sonrisa le pide que cuide bien de Asagi. Al regresar a la habitación y verlo dormir, su determinación de hacerlo feliz es más fuerte que nunca. Entra en el futon y lo abraza, Asagi le devuelve el abrazo entre sueños, y controlando el deseo de besarlo se queda dormido entre sus brazos, ignorante de que se arrepentiría no haberlo besado o tocado su piel un poco más. El sol sale y el protagonista escucha el shamisen de Kotoha provenir de otra habitación. Mira alrededor de la habitación y no encuentra rastros de Asagi, siente herlársele la sangre, esto le da mala espina.

"La flor del amor se deshace de todo pensamiento con su dulce néctar hasta que las preocupaciones desaparecen. Saluda la mañana qué se lamentará de las emociones insatisfechas, preferirían embriagarse con el dulce néctar y dejar que le arrebataran la vida de una sola vez."

Final bueno
Después de la noche en que se volvió uno con Asagi, creyó que había transmitido sus sentimientos pero Asagi huyó. Deja la habitación y pregunta a Kenmochi sobre el paradero de Asagi, él tampoco lo ha visto, pero no le suena probable que Asagi huyera en la víspera de la compra. El protagonista le pregunta si no cree que pudiera huir para escapar de la infelicidad que esta le acarrearía, Kenmochi asevera que no, Asagi antepone Peony House a todo, así que lo mejor será esperar, no debe tardar en aparecer. El protagonista no está muy convencido, y Kenmochi comenta que pareciera como si deseara que Asagi no volviera. El protagonista lo niega, él también quiere ver a Asagi de nuevo. Pero si iba a ser comprado por alguien a quien no quería entonces quizá fuera lo mejor huir. Le dolería hasta el alma no poder verlo nunca más, pero aún así rezaría para que no sufriera más. Kenmochi cuestiona su amor hacia Asagi, está mucho más tranquilo de lo que hubiera imaginado. El protagonista reafirma su amor, es sólo que no quiere aceptar la posibilidad de no volverlo a ver jamás. Aprovecha para sacarse una espinita que le ha estado molestando, ¿qué siente Kenmochi por Asagi? Este se queda en silencio unos momentos, y luego responde que ni siquiera le fue permitido amarlo.
Lo cierto es que le tiene cariño desde el día en que Amamiya lo llevó, sin embargo, no hubo nada que pudiera hacer fuera de hacerse cargo de Peony House y darle un lugar, Asagi jamás le dio la más mínima esperanza de tener una relación. El protagonista reflexiona sobre lo difícil que debió ser estar cerca de Asagi sin tener al menos la oportunidad de expresar sus sentimientos. Por la expresión en el rostro de Asagi puede ver que todavía lo sigue queriendo. Y con seguridad afirma que lo ama y que no renunciará a él sin importar qué. Kenmochi no se toma a mal su "declaración de guerra", y le invita a acompañar a Kotoha en sus prácticas por la noche, debe estar preocupado por la ausencia de Asagi.

Esa misma noche se dirige al prostíbulo tan pronto termina con su trabajo, Asagi no ha vuelto aún. Al paso de la noche Asagi vuelve, Kotoha y el protagonista van a recibirlo tan pronto lo escuchan hablar con Kenmochi. Asagi le dice al protagonista que necesita hablar con Kenmochi, puede que sea una charla extensa así que no es necesario que lo espere despierto. El protagonista respinga, por supuesto que lo esperará despierto. Asagi, sonriente accede y se encierra con Kenmochi en uno de los cuartos. El protagonista que se ha quedado con Kotoha no puede con la impaciencia de saber qué ha sido de Asagi durante su ausencia y de qué ha hablado con Kenmochi. Kotoha le dice que está feliz con el simple hecho de que Asagi haya regresado, aunque comprende su inquietud pues recién conoce a Asagi, él en cambio ya está acostumbrado a esperar, y comienza a rememorar con nostalgia el día en que lo conoció. Se sintió abrumado con tan solo verlo entrar en la habitación, era la persona más hermosa que había visto en toda su vida e intercambiar palabras con él era suficiente para inquietarlo.
Cuando le dijeron que debía convertirse en alguien como Asagi, pensó que era un absurdo, pero cuando Asagi le pidió que le mostrara su mejor esfuerzo no pudo negarse y desde entonces ha seguido sus indicaciones. Quería cumplir sus expectativas pero en vez de eso siente que debe quedarse a su lado. El protagonista inquiere a qué se refiere y Kotoha elucida, hay ocasiones en que Asagi pone una expresión de melancolía y es cuando siente que debe quedarse a su lado incluso si no hay nada que pueda hacer por él. Kotoha confiesa con desánimo que quería ser alguien que lo apoyara, pero todavía está muy lejos de lograrlo. El protagonista para tratar de animarlo le dice que probablemente Asagi se hubiese reído y lo hubiese desairado preguntándole si acaso esperaba que le debiera algo a un aprendiz. Kotoha asiente y encarga ese puesto al joven, él debe asegurarse de que Asagi sea feliz, pues quiere ver la felicidad de Asagi con sus propios ojos. Con determinación le mira a los ojos, él también quiere verlo feliz, así que sé asegurará de cumplirlo. Pero no es momento de estar sentados allí, quizá la compra sigue en proceso mientras hablan. Kotoha tuerce el rostro y el protagonista se pone en pie y se despide. Kotoha le pide que cuide de Asagi. Con la mirada de Kotoha ejerciendo presión se dirige al cuarto donde Asagi está hablando con Kenmochi. El protagonista entra a la habitación y pregunta a Asagi qué está sucediendo. Asagi le reclama siempre entrar en los momentos menos apropiados y es que la escena frente a sus ojos es increíble, incluso pregunta si se trata de alguna actuación: Asagi está postrado ante Kenmochi. Asagi le explica que es real, pues ha hecho mal. Cuando el protagonista le pregunta a Kenmochi a qué se refiere este le dice a Asagi que es él quien debe responder, pero Asagi se rehusa. Resulta que Asagi ha ido a escondidas a ver al cliente que quería comprarlo y ha cancelado la transacción, dando todos sus ahorros de su vida como compensación. El protagonista le pregunta porqué lo ha hecho, y Asagi con una expresión de molestia contesta que ha sido por instigación suya, fue afectado por sus apasionados sentimientos, le hizo sentir como un tonto renunciando a tantas cosas y embriagado con la idea de que esta marcado por la desgracia. El joven afirma que es bueno querer ser feliz y Asagi le objeta no tener sentido de responsabilidad tras anular una transacción. El protagonista se defiende, por supuesto que lo entiende y lo lamenta pero su felicidad es más grande, ha llegado a ese extremo porque lo ha elegido, ¿no es así? Asagi, irritado se levanta y se acerca a él, "no seas engreído" le dice, pellizcándole la mejilla, es cierto que ha rechazado la compra, pero de ahora en adelante pondrá a prueba su determinación, es un periodo de prueba solamente (tsundere detected xD).
Percatándose de que toda esa plabrería es la manera de Asagi de declararle su amor la dicha lo inunda. ¿Pero entonces qué estaba haciendo postrado? Asagi explica que se estaba disculpando por su comportamiento egoísta y estaban discutiendo su trabajo a partir de ahora. Asagi le estaba pidiendo a Kenmochi que lo dejara ser co-gerente en vez de acompañante. El protagonista está encantado de escuchar que ya no será un acompañante. Matsukaze y Kotoha ahora están escuchando todo en la entrada que el protagonista olvidó cerrar. Matsukaze con una expresión entretenida, obvia que esa es la manera de Asagi de entregarse por completo al protagonista, ¿verdad? Nunca pensó que Asagi fuera a llegar hasta ese extremo por él.
Asagi esta que se muere de vergüenza y corre a los intrusos, está teniendo una conversación con Kenmochi, les advierte que los va a tratar con mano dura ahora que esté a cargo. Matsukaze le dice que no planeaban molestarlo, solo querían desearles lo mejor, pero sera mejor que se retiren antes de de qué Asagi desquite su vergüenza con ellos. Con expresión de enfado le advierte al protagonista que lo botará si se aburre de él, el protagonista asiente y se lanza a abrazarlo sin importar que Kenmochi este allí viéndolos. Notando su cara de embarazo lo abraza con más fuerza para que nadie más la vea. Enseguida se van a una habitación en busca de privacidad y el protagonista lo llena de besos, Asagi le reclama pues aunque le dijo que no quería que lo aburriera tampoco se refería a que fuera tan avorazado. El joven se excusa diciéndole que no puede evitarlo, no después de que tras pasar la noche juntos él hubiera desaparecido del lecho sin decir palabra, estaba muy preocupado. Asagi se disculpa por eso y el protagonista continúa besándolo y tocando las partes de su cuerpo que el kimono deja al descubierto, encendiendo su pasión.
Le pregunta si se siente bien y Asagi responde que más o menos, esto le desalienta, todavía no es capaz de satisfacer a Asagi, pero éste le dice que a pesar de haber probado el placer en su máxima expresión, con él siente como si fuera su primera vez, su cuerpo arde como loco. Sus palabras le hacen inmensamente feliz. Asagi le pregunta si le alegra que ya no vaya a ser un acompañante y no tenga que acostarse con otros hombres, por supuesto el protagonista exclama que sí, le alegra muchísimo, entonces Asagi inquiere sobre su novia, el joven finalmente le confiesa que ha terminado con ella porque lo ama, lo hizo aún cuando nunca creyó que fuera a cancelar la compra, y ya entrando en el tema indaga sobre el asunto, se supone que era un hombre muy persistente. Asagi le explica que después de darle su dinero y de explicarle con el corazón abierto su situación el hombre accedió desilusionado, el Asagi que el hombre quería jamás se hubiese disculpado con nadie, quizá su lado suave se le haya pegado. El protagonista exclama que eso le alivia, no tendrá que preocuparse por ese hombre ya. Y para aderezar este dulce momento Asagi se declara todo suyo. El protagonista le dice que aún les quedan muchos obstáculos por superar, puesto que él tiene una familia a la cual rendirle cuentas y el hecho de no poder contraer matrimonio ni tener hijos va a pesar mucho. Asagi le pregunta si piensa renunciar a todo o si eventualmente regresará con su novia, pero el protagonista lo niega con ahínco, no piensa irse de su lado a menos que él lo eche, y ni aun así lo haría. Su felicidad yace únicamente con él, su deseo es hacerlo feliz. Por eso necesita que venza los obstáculos con él, y si lo desea pueden hacerlo juntos. Asagi responde que no necesita más felicidad de la que ahora tiene. El hilo de voz que deja salir sólo enciende más las llamas de su pasión. El protagonista declara que entonces será su trabajo darle todavía más felicidad de ahora en adelante, y Asagi deja escapar un pequeño grito de sorpresa cuando el protagonista toquetea su cuerpo. Al escucharlo su amor se hace más intenso y le da su amor, muchas, muchas veces.

"Aunque la flor no tiene frutos, las flores del amor y la dicha florecen espléndidas. Su néctar engrosa la dicha del amor, y ata a los dos cómo si estuvieran embriagados en él. Y siembra en sus corazones múltiples semillas de felicidad invisibles a la vista."


Final malo
Al despertar después de haber pasado la noche con Asagi, el protagonista se entera de que ya se ha ido con el hombre que le compró, quiso hacerlo mientras aún dormía porque de otro modo sería muy difícil la despedida. Impotente, decide dedicarse únicamente a ganar dinero para poder comprar a Asagi, para esto se mete en algunos negocios sucios relacionados con casas de juego, así incrementa de manera rápida sus ahorros, pero la suerte no parece estar de su lado puesto que tras varios meses se entera de que se han llevado a Asagi a Europa, al parecer el hombre que lo compró lo está alquilando a extranjeros. Esta nueva noticia le cae como balde de agua fría, para ir a recuperarlo al extranjero necesita todavía más dinero y así continúa varios meses más con las casas de juego hasta que un desgraciado día Kotoha va a verle a su casa, le ha insistido a Kenji que quiere decírselo él en persona. El protagonista está sumamente preocupado y no es para menos, la noticia que Kotoha le da es terrible: Asagi ha muerto. Debido a que el tipo que le compró ha vendido su cuerpo una y otra vez noche tras noche, Asagi no pudo resistir más el agotamiento y murió. Kotoha intenta consolarle, él se convertirá en un gran acompañante y calmará su dolor, pero el joven no lo acepta: si no es Asagi no es nadie. Con el corazón hecho pedazos y el vacío instalado en su pecho decide reunirse con Asagi en la muerte y saltar de un acantilado.


Mis opiniones
La verdad ha quedado un gran vacío en mi vida pues por el momento es la única ruta disponible. La historia me ha fascinado de principio a fin, creo que la han sabido llevar de una manera muy amena, además no recae en clichés molestos, cada escena está muy bien pensada. Tiene escenas hard, las cuales son muy buenas y no son repetitivas, esto lo menciono porque de repente Yaoi Oooku (el cual me encanta) quiere sustituir trama con hard, en Ephemeral dreams, Eternal love no es así, es una historia muy equilibrada y concisa. Los personajes son maravillosos, el protagonista me gusta mucho, es muy real, y han hecho un excelente trabajo con la transición de los sentimientos del protagonista, evolucionando de una especie de fijación con Asagi y su increíble belleza a un amor verdadero. Asagi también ha sido un personaje entrañable, si bien se podría etiquetar como el típico hombre duro y sufrido que piensa que está maldito y jamás será feliz, lo cierto es que hay muchos matices en él que lo rescatan de recaer en clichés odiosos. Las CGs aunque pocas son preciosas. Respecto a los finales, ambos me han complacido. El malo ha sido muy trágico y eso a mí me encanta, sentí como mi kokoro se estrujó con la terrible noticia de la cual Kotoha fue emisario y no pude estar más de acuerdo con la decisión del protagonista. El bueno ha sido muy lindo, en verdad, y me agrada que no haya terminado completamente de rosa, sino que aun tengan obstáculos por superar y estén conscientes de ello. Estoy muy ansiosa por jugar el resto de las rutas, ha tenido un inicio soberbio éste juego y tengo fe en que no me decepcionará.

4 comentarios:

  1. oye hola :D
    he tratado de descargar estos juegos y tengo 200mg de espacio ,los juegos pesan de 49-80 mb y me dice que no tengo espacio suficiente,no entiendo :(

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    1. ¡Holaaa! ^o^
      Chaz, pues sí está muy raro, este juego pesa 86.40 mb según mi celular, debería instalarse sin mayor problema :S ¿El espacio que tienes libre es de tu memoria interna o externa?

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  2. ¡Me encanto♡! Gracias por tu trabajo, que como siempre es impecable!!

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    1. ¡Me alegra tremendamente que te gustara! >w<
      ¡De nada! Ha sido un placer compartir la hermosa experiencia de éste juego ^u^
      ¡Saludos y un gran abrazo!

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