sábado, 4 de mayo de 2013

SORATA NO BAAI [Takano x Yokozawa][Sekakoi][Yaoi][One-shot][+18]


Un fic que hice cuando todas moríamos de expectativas con el capítulo que Nakamura Shungiku había anunciado como "Sorata no Baai", cuando nuestras pervertidas mentes creían que Sorata nos relataría algo de yaoi del bueno xD y sorpresota que nos llevamos al resultar ser sólo el relato de su amor por Hiyo-chan lo que nos contaba en su capítulo jajaja. Bueno al menos a mí sí me cayó como balde de agua fría xP. No me mal interpreten! Se me hace bien mono que Sorata tenga un amor platónico por Hiyo, es sólo que al momento sí fue un poquito decepcionante, jajaja.
El fic lo publiqué por primera vez en mundoyaoi, contiene escenas +18, así que bajo advertencia no hay engaño, jiji.

[Nota: Si prefieren a un Takano ukeado visiten mi fic Aún hay esperanza :D]

***

Como ustedes ya sabrán, mi nombre es Sorata. Y, me he enterado de que están muy ansiosos por saber qué sucedió cierta noche entre las dos personas que han cuidado de mí durante años.
Pero, ¿por dónde comenzar?...


…Veamos… después de vivir algún tiempo con aquel chico que me rescató de las calles y me ofreció su hogar, llegué a tomarle bastante cariño y a acostumbrarme al gran cambio que sufrió algún tiempo después de mi llegada. Al principio era un chico taciturno y ocasionalmente traía a casa a otro joven, evidentemente menor que él, pasaban varias horas en su cuarto y a veces mientras exploraba la casa, al pasar por su puerta, lograba escuchar sonidos peculiares. Como sea, súbitamente aquel chico dejó de visitar a Masamune y las cosas cambiaron bastante en la casa, incluso su nombre cambió.
Llegaba con un aliento extraño; con el cabello cubriéndole la parte superior del rostro y dando tumbos por el apartamento se precipitaba sobre la cama, quedando inconsciente casi inmediatamente. En otras ocasiones venía acompañado de mujeres, cambiando con frecuencia a su acompañante.

Durante ése tiempo un joven de su edad, si no es que mayor, llegó a entrar a la casa un par de veces. Su acercamiento a Masamune fue tan gradual que de un momento a otro sus visitas se volvieron prácticamente diarias, y su presencia se había vuelto tan natural que era como si él siempre hubiese sido parte de la casa. Constantemente él cuidaba de mí e incluso llegaba a atenderme mejor que mi rescatista (no es que me quejara de Masamune, es sólo que a veces estaba tan absorto en sí mismo que olvidaba convivir conmigo).
Su nombre era Yokozawa Takafumi. No sólo se encargaba de que yo estuviera bien, sino que también velaba por su amigo. Siempre estaba allí para escucharlo hablar de aquella persona que le había dado una patada en la cara sin razón aparente, para luego desaparecer por completo de su vida, aquella única persona que había logrado penetrar su corazón y despertar su interés. “¿Por qué lo había hecho, cuando fue precisamente esa persona quien se me confesó?”, era una pregunta que a menudo Masamune se formulaba. Yokozawa simplemente escuchaba y le ofrecía el consuelo de su compañía. Al día siguiente, él reprendería a su amigo por su conducta y le pediría que dejara de tomar, de desperdiciar así su vida.

Ya estaba yo habituado a la rutina antes descrita, cuando una noche Masamune llegó particularmente ebrio, apenas si podía caminar con la ayuda de su incondicional compañero Yokozawa, quien sin encender la luz se dirigió directo a la habitación para acostar a su amigo. Suavemente lo sentó en la orilla de la cama; Masamune, con los hombros caídos y la cabeza hacia el frente, se quedó inmóvil unos minutos. Yokozawa permaneció de pie frente a él, observándolo con una mirada particularmente afectada.
Cuando al fin se inclinó para intentar recostarlo, fue jalado con fuerza por su compañero, el cual, musitando, le indicó se sentara a su lado. Una vez hecho esto, Masamune volvió a quedar inmóvil, Yokozawa no pudo evitar soltar un suspiro, y, adoptando una posición más relajada, comenzó a hablar:

"Oi, Masamune, si quieres hablar aquí estoy, listo para escucharte toda la noche si así lo deseas... Aunque me he acostumbrado a tus borracheras, nunca te había visto beber tanto como hoy, ¿es que ha sucedido algo en part...

En cuestión de segundos Masamune giró el rostro del desprevenido Yokozawa hacia él, para depositar sus labios en los de su amigo, interrumpiendo así su discurso. Yokozawa no sería el único desconcertado, en todo el tiempo que llevaba viviendo con Masamune nunca lo había visto actuar de tal forma con él y poco sabía yo en ese instante, lo que mis ojos estaban por atestiguar.
Yokozawa empujó a Masamune con ambas manos, rompiendo el inesperado beso y desviando, al mismo tiempo, su mirada al lado contrario. Pese a encontrarme observando desde el umbral de la puerta, pude distinguir que su respiración se había alterado y que su ceño parecía más fruncido que de costumbre, quizá en confusión. Sonrojado y aún sin atreverse a mirar a Masamune, con voz agitada y apenas audible, le dijo:

"Creo que es mejor que me vaya"

Tan pronto intentó irse, fue detenido por Masamune, a quien, evidentemente, su previa inmovilidad le había ayudado a reunir fuerzas suficientes para retenerle. Con un rápido aunque torpe movimiento logró levantarse y empujar, al cada vez más impresionado Yokozawa, sobre la cama; por segunda vez lo vi ahogar la voz que, en esta ocasión, comenzaba a alzarse alterada, en sus húmedos y deseosos labios. Yokozawa no parecía estar dispuesto a ceder y de nuevo comenzó a tratar de romper la forzada comunión entre sus labios, sin esperar que Masamune se le adelantase para decirle en lo que bien hubiera pasado por gruñido: "Abre la boca". Los ojos de Yokozawa se abrieron perplejos sólo por breves instantes, pues tan pronto como Masamune unió de nuevo sus bocas, los ojos de Yokozawa fuéronse cerrando, y poco a poco, sus labios fueron abriendo paso a la ardiente lengua que se esforzaba por entrar en contacto con la suya. Mientras tanto, una mano, sutil, se deslizaba por debajo de la camisa que ocultara su fuerte torso. El tacto de la suave palma de Masamune recorriendo primero su abdomen y luego su pecho, deteniéndose únicamente para juguetear con sus pezones erguidos le hizo estremecer. Cuando con la misma ligereza de antes la palma desdibujó su camino y se dirigió hacia la entrepierna de Yokozawa, colocándose por completo sobre el miembro que ante sus finas caricias había comenzado a despertar por debajo de la ropa, Yokozawa dio un pequeño salto y escandalizado reclamó:

"Oi, espera, ¿¡que haces!?". 

Mas, sus objeciones no llegaron a los oídos de Masamune, o quizá deliberadamente fueron ignoradas, ya que en vez de detenerse, Masamune consideró que era tiempo de bajarle la cremallera y sentir el excitado miembro en carne viva. Yokozawa no pudo evitar reaccionar ante la mano de su compañero que hábilmente frotaba su miembro, volviéndolo cada vez más rígido.
Pronto, Masamune se deshizo del cinturón y con un sólo tirón dejó al descubierto el erecto y palpitante miembro de Yokozawa, quien incorporándose con ayuda de sus brazos quiso detenerle, probablemente considerando que ya habían llegado demasiado lejos. Sin embargo, de nuevo fue vencido por la mágica boca de su compañero que, en esta ocasión, dedicara sus atenciones al deseoso órgano, produciendo un delicioso gemido en Yokozawa:

"Uhm, Masamune, para... esto es... demasiado... ¡Masamune!". 

Ninguna queja lo haría perder la concentración, sobretodo frente a la favorable respuesta que el cuerpo de su amigo le ofrecía a cambio de su esfuerzo. En un intento por evitar gemir de nuevo en voz alta ante la sensación que los labios de Masamune apresando la cabeza de su sexo le provocaban, Yokozawa se mordía los labios, como si se avergonzara de permitirle a su placer tomar forma de sonido.
La lengua de Masamune jugueteando alrededor del pequeño orificio al extremo de su excitado órgano, le ocasionaba vertiginosos e irreprimibles estremecimientos, Masamune percatándose del gozo que su hábil boca le infligía, se esmeraba aún más. Yokozawa parecía estar alcanzando el límite de su resistencia, la satisfacción que experimentaba no podía seguir contenida y su agitación se hizo evidente

"¡Haa! ¡Detente! Me... ven... go... Masa... ¡HA!". 

A la vez que el cuerpo de Yokozawa tembló extasiado, la boca de Masamune desbordó un blanco líquido y retirándola del excitado miembro, pasó su lengua alrededor de sus labios, aprovechando cada gota esparcida en ellos. Masamune, pronto, abrió su pantalón y llevó la mano de Yokozawa al interior, permitiéndole sentir la dureza que sus prendas disimulaban e incitándole a estimular su ya palpitante órgano. El rostro de Yokozawa terminó de encenderse avergonzado, sin embargo, sus manos urgían la sensación del miembro erguido y cual si tuviesen vida propia, lo frotaron vigorosa y diestramente, haciéndolo ganar rigidez con la voluptuosa fricción de la que era presa. Masamune, entonces, buscó ávidamente la boca de Yokozawa, ocupándola con su ansiosa lengua, en la que aún podían saborearse las secreciones de su compañero.
Pese a la distracción que las manos de Yokozawa estrujando ardientemente su órgano representaba, logró concentrarse lo suficiente para permitirle a su mano derecha ir en busca de la región, entre las piernas de Yokozawa, donde se encontrara el provocativo orificio que recibiría su excitación. Una vez encontrado, introdujo uno a uno sus dedos:

"Relájate, si no lo haces podría lastimarte", le dijo tan pronto notó que Yokozawa se estremecía adolorido por la presencia de sus dedos forzando su interior. Las mejillas de éste se avivaron nuevamente al escuchar sus palabras y no pudo evitar rebatirle:

"Si no estuvieras haciendo <eso> no tendrías por qué lastimarme, en primer lugar"

Masamune hizo caso omiso a su reproche y continuó empujando sus dedos tan suavemente como le era posible, sin dejar de expandir su interior. Después de dilatar un poco más el angosto espacio, retiró los dedos y dejó por completo al descubierto su propio miembro hinchado de deseo. Tomándolo por la cadera y separándole las piernas un poco más, procedió a introducir gradualmente su anhelante y goteante órgano. Los quejidos de Yokozawa no lograron contenerse, por más que apretara los dientes, ante la invasión. Masamune, no obstante, continuó empujando su miembro con mayor fuerza, arrancando un grito ahogado a Yokozawa, quien se agitó con un gesto de dolor al sentirle penetrar y forzar cada vez más la estrechura en su interior. Dicha respuesta, pareció servir solamente para impulsar el ataque de su compañero, puesto que el ritmo de su sacudida se había vuelto más violento, yendo de atrás hacia adelante con tanta intensidad que por más reparos que Yokozawa tuviera, no pudo evitar llenar la habitación de suaves pero audibles gemidos, coordinados perfectamente con cada arremetida.
Entre los quedos jadeos de Yokozawa, pude escuchar unas apenas inteligibles palabras salir de sus labios:

"Te... quier..."

Sin embargo, la voz de Masamune cortó la suya antes de que pudiera terminar. Y aunque no pude discernir qué fue lo que realmente dijo, me pareció alcanzar a escuchar la última sílaba:

"...tsu

Quizá Yokozawa sí le entendió, dado que su semblante se alteró ensombrecido.
El cadencioso vaivén de los cuerpos unificados llegó a su fin con el inevitable orgasmo de Masamune inundando a Yokozawa, el cual se estremeció ante la sensación de la cálida humedad desbordando su interior.
Sus cuerpos, ahora relajados, se acomodaron uno al lado del otro, separados únicamente por escasos milímetros. Masamune no tardó en conciliar el sueño, caso contrario a Yokozawa, que una vez seguro de la inconsciencia de su amigo, se aproximó a él y susurróle algo, que pudo escapárseme, aún con mi privilegiada audición.
Después de presenciar esa escena, mis ojos fuéronse cerrando hasta adentrarme en un sueño profundo y tranquilo.



No sé con certeza lo que sucedió a la mañana siguiente, pues para cuando desperté ambos habían abandonado ya el apartamento, dejándome listo mi desayuno. Lo que sí puedo asegurar es que los eventos de esa noche no se han vuelto a repetir, por lo menos no en mi presencia.

4 comentarios:

  1. Me encantó tu fic, estaré pendiente de los demás.
    Me gusta tu estilo de escritura, respetaste su personalidad y eso hace creíble la historia.
    Saludos!!

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. ¡¡Muchas gracias!! ¡¡Qué bueno que te gustara!! ^o^
      ¡Saludos y un gran abrazo!

      Borrar
  2. Me encantó, me gusta mucho cómo escribe usted ya que difícilmente se puede detectar alguna falta de ortografía y que además su forma de redactar es preciosa :3 i luv u<3 PD: debería de considerar el subir sus fics a Tumblr, y si ya lo hace por favor deme su URL ^^

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. ¡¡Mil gracias por tu comentario!! Me has hecho el día >w<
      Respecto a tumblr, sí tengo cuenta pero más que nada la utilizo para publicar sólo las URL de los fics que aquí publico. Igual te la paso ^^ http://megane-daisuki.tumblr.com/

      ¡¡Te mando un saludo y un abrazote!!

      Borrar

Me interesa saber tu opinión, así que no te vayas sin comentar ;)