jueves, 30 de mayo de 2013

FLECHAZO EN LOS VESTIDORES 2da. Pte. [Leigh x Armin][CDM][Yaoi]

He aquí la continuación a "Flechazo en los vestidores 1ra. Pte." Quinto capítulo de "Secreto en los vestidores"

Disclaimer: Los personajes utilizados en esta historia no son de mi propiedad, pertenecen enteramente a su creadora ChiNoMiko.

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Mientras esperaba en el patio del instituto comencé a sentirme bastante tonto, a decir verdad ni siquiera habíamos hecho una cita formal, Alexy simplemente me dijo que fuera a verles pero en realidad nunca acordamos una hora o un lugar. Toda la mañana estuve inquieto, preguntándome qué hora sería mejor para ir a verles… de hecho, debo confesar que ni siquiera estaba seguro de estar allí por el bien del desfile…

—¿Leigh? —Rosalya había aparecido de la nada. O quizá yo estaba demasiado distraído para notarla antes de que me hablase— Te he dicho antes que no quiero verte.

—Rosalya, ¿qué tal? —le saludé cordialmente. Lucía tan bella como siempre, aun así mi corazón no latía a ritmo acelerado como solía hacerlo en el pasado.

—¿Vienes hasta aquí y lo mejor que puedes decir es “qué tal”? Inaudito —exclamó molesta.

—Te equivocas, yo…

—¡Leigh! ¡Viniste! —gritó desde el otro lado de la plazuela el jovial chico de cabello azul. De dos zancadas ya se encontraba con nosotros— Estaba preocupado de que no vinieras, apenas por la mañana caí en la cuenta de que no te dije a qué hora ni dónde nos encontraríamos —continuó con una sonrisa en el rostro.

Rosalya hizo un sonido de indignación —¿Qué significa esto?


—¿Cómo? ¿Ustedes se conocen? —preguntó Alexy desconcertado.

—¡Esa debería ser mi línea! —Replicó alterada— No, pensándolo bien, ya no… ya me da igual —se dio la vuelta y se alejó mirándonos severamente a ambos, como si él tuviera la culpa de que lo nuestro fracasase.

—¿Qué le pasa a Rosa hoy? Parece bastante susceptible —acotó el gemelo contrariado— ¿la conoces de la boutique?

—Solíamos estar en una relación.

—¿En serio? ¡Wow! ¡Qué pareja tan despampanante han de haber hecho! ¿Por qué terminaron?

—Preferiría no hablar de eso —expliqué. Alexy frunció la boca como respuesta, no parecía agradarle la idea de quedarse con la curiosidad— ¿has podido persuadir a Armin?

—Síp —respondió con una gran sonrisa de satisfacción— pero tendrás que comprarle videojuegos a cambio, ¡tienes suerte de que haya gastado todo su dinero en un proyecto del instituto!

—¿Videojuegos? … mmm… si es lo que él quiere…

—¡Sí! Está loco por los videojuegos, a veces parecen importarle más que ni yo —explicó haciendo un puchero.

Yo no pude evitar esbozar una sonrisa, Alexy parecía ser bastante divertido —¿Puedo hacer algo por ti? Después de todo me has ayudado.

—Si pudiera quedarme con alguno de los diseños del desfile sería genial —exclamó recobrando nuevamente su animada sonrisa.

“Tal como había pensado” —Es un trato entonces. Mmm… ¿crees que Armin pudiera pasarse por la tienda más tarde? Necesito tomar sus medidas.

—¡Claro. Yo me encargo!

Sin más por hacer en el instituto regresé a la tienda y esperé impaciente la llegada de Armin. Tenía tantas ideas para los atuendos que utilizaría en el desfile. Las horas trascurrieron y el día comenzó a oscurecer hasta que por fin la noche llegó y junto con ella la certeza de que él no vendría, o al menos eso había pensado…
Justo terminaba de poner todo en orden; disponíame, al fin, a cerrar la tienda para así poder proceder al cierre de caja cuando la puerta fue abierta con fuerza y me encontré frente a frente con aquellos electrizantes ojos que habían intentado fulminarme el día anterior. Tener su rostro tan cerca del mío me había robado el habla, la expresión serena, tan diferente de la de hastío del día anterior, realzaba la natural elegancia de su semblante. Hice un esfuerzo por recobrar la compostura y le invité a pasar.

—Estaba a punto de cerrar, creí que no vendrías —expliqué mientras colocaba el anuncio de ‘cerrado’ en el cristal.

—Hacía demasiado calor y esperé hasta que refrescara un poco, odio los días soleados.

—Ya veo. Aunque tarde, es un alivio que vinieras, ya no queda tanto tiempo para el evento y necesito comenzar los diseños que usarás cuanto antes. ¿Tomamos las medidas?

—Sí, ¡para eso vine! —obvió. Le pedí que pasara a los vestidores dado que allí en la boutique estábamos expuestos a la mirada de cualquier transeúnte— ¿Y cuántos cambios de ropa tendré que usar? ¡Ni sueñes que me vas a traer a toda prisa cambiándome de ropa cada 2 minutos!

—No te preocupes, no serán más de cinco cambios por modelo.

Una vez en el vestidor le pedí se despojara de su abrigo, quedando en la parte superior únicamente con una playera blanca de cuello escotado que permitía admirar la excelsa finura de sus clavículas; y en la parte inferior con unos pantalones ajustados de mezclilla. Procedí a tomar las medidas de sus piernas, su cintura, sus brazos, el talle de su espalda, y demás, dejando al último la circunferencia de su cuello. Mientras hacía las mediciones mi agitación había ido en ascenso, era una sensación completamente ajena a mí el sentirme tan irremediablemente arrobado por alguien de mí mismo género. Aunque en realidad eso no era lo que causaba conflicto en mí, sino la falta de profesionalismo con que estaba haciendo mi trabajo. Mientras recorría su cuerpo con la cinta métrica no podía dejar de desear que los tejidos interpuestos entre su piel y mis manos desapareciesen. El silencio que nos circundaba únicamente servía para inquietarme todavía más; para exacerbar el delirio de mis pensamientos.
Finalmente pasé la cinta por su cuello y pese a que desde la distancia en que me encontraba alcanzaba a ver perfectamente la medida, fingí necesitar acercarme más; recorté tanto el trecho entre nosotros que fui capaz de sentir su respiración refrescando e incendiando a un tiempo mis sentidos. Hasta aquél momento había mantenido la vista fija en los números de la cinta de medir, pero en un impulso irrefrenable alcé la mirada encontrándome con sus vibrantes ojos azules fijos en mí. Durante una fracción de segundo que para mí se sintió más larga que la eternidad misma le sostuve la mirada irresoluto, hasta que en un demencial arrebato crucé la frontera interpuesta entre nuestros labios. Inmediatamente cruzó por mi mente el retroceder y disculparme.
¿¡Qué estaba haciendo!? ¡Cuán inapropiado de mi parte!
No obstante, una voz en mi interior que había permanecido silenciada hasta ése momento me hizo ver que el daño era irreparable, aunque me disculpase no podría deshacer el irreflexivo beso, sin contar, además, que estaría siendo insincero: no lamentaba en lo más mínimo el haber cedido ante mis impulsos. Decidí aventurarme más allá de un simple roce de labios, y atrayendo su cuerpo firmemente contra el mío profundicé el beso. Sus manos cayeron sobre mis hombros en un lánguido intento por alejarme.
 ¿¡Qué me sucedía!? Ése tipo de conducta no era habitual en mí, ¡apenas lo conocía y ya me estaba tomando semejantes libertades! Estaba siendo vencido por el anhelo del frenesí que rogaba por verse consumado.

—Si no me pones un alto apropiadamente, me temo que no podré refrenarme más. —Le advertí, arrinconándolo contra el espejo que hacía de muro, en un esfuerzo sobrehumano por volver en mí.
Miré al frente y por el rabillo del ojo alcancé a ver mi reflejo; ¡Qué apariencia tan chocante ofrecía! Mis ojos emanaban concupiscencia. “Con que así es como luzco cuando pierdo la mesura”… mi voz por su parte había abandonado su comedida y serena textura para tornarse un hosco susurro. Traté de persuadirme, “Leigh recobra el juicio”, mas, había dejado de escuchar mi sentido común; mi código de ética laboral; mi llamado a la prudencia, desde el momento en que Armin cruzó el umbral de la puerta, sólo que no me había percatado de ello hasta ahora. Dudaba que en verdad hiciese una diferencia su resistencia, mi deseo continuaría enardecido incluso con mayor intensidad después de haber degustado el exquisito sabor de sus labios, de su saliva…
Me miró con un dejo de dubitación, sus labios temblaban casi imperceptiblemente, yo estaba tan absorbido en él que nada me pasaba desapercibido— No dices nada… ¿debo tomarlo como señal de aprobación? —volví a devorar la distancia entre nuestras bocas sin darle oportunidad ya de réplica.

Lo sentí sacudirse entre mis brazos, “¿así que has cedido?”, me dije victorioso. Mis manos se deslizaron venturosas por debajo de su delgada playera, su piel parecía arder tanto como la mía. Suavemente mordí su labio inferior y dejé escapar un febril suspiro. Nuestro aliento vuelto uno solo. Interpuse una de mis piernas entre las suyas…

El cristal de la puerta de la entrada se jugó. Alguien había entrado.

—¿Aún estás aquí? —aquella era la voz de Lysandro. A veces, cuando no quedaba con Rosalya, mi hermano pasaría a la tienda después de los ensayos para volver juntos. Era un gesto que me reconfortaba. Me complacía el ver que pese al paso del tiempo nuestro lazo fraternal no se debilitaba. Pero en esta ocasión había sido un supremo desacierto el tomarse la molestia de venir por mí, así como también lo había sido de mi parte el no cerrar la puerta con llave. “Todo ha surgido en el momento. ¿¡Cómo iba a imaginármelo!?”.

—Sí. Estoy tomando las medidas del nuevo modelo —exclamé, alejándome, renuente, de Armin. No lo hubiera culpado si hubiese dejado la boutique en ése preciso instante.
Para mi sorpresa me permitió terminar de tomarle las últimas medidas. No estaba seguro de si únicamente trataba de mantener las apariencias frente a mi hermano que era también su compañero de clase o de si verdaderamente no le conflictuaba lo sucedido. Quería estar a solas con él y preguntárselo directamente, aunque, a la vez, temía su respuesta. 
No demoré demasiado en concluir las anotaciones correspondientes. Él, sin más retrasos regresó a su casa, mientras que Lysandro y yo nos quedamos a terminar el corte de caja antes de volver nosotros también a nuestro hogar.
El silencio que nos acompañaba penetrábase en la atmósfera, incrustábase discordante en nuestros oídos. Podía afirmar que mi hermano había percibido la fluctuación entre tensión y ofuscamiento en el ambiente. Agradecí que no intentara indagar más. Ni siquiera atentó preguntar cómo era que Armin había llegado a ser mi modelo.

Apenas me encontré en mi aposento preparé la tina y me sumergí en la tibieza del agua mezclada con aceites y esencias relajantes. Me esforcé en inhibir los recuerdos de lo sucedido, no lograría conciliar el sueño si no lo hacía, cada vez que la imagen asaltaba mi mente, inevitablemente terminaba pensando en lo que hubiese ocurrido de no haber llegado Lysandro.
“Basta Leigh. Necesitas descansar. Despejar los sentidos enajenados por aquél joven… existencia compuesta de vibrante noche…
¡Ya, es suficiente!”.

Cerrando los ojos me concentré en la sensación del agua abrazando mi cuerpo, y abriendo mis oídos al ahora bendito silencio de la habitación comencé a relajarme.

***

La puerta se abrió impetuosa.
Sin darme cuenta el resto de la semana transcurrió conmigo inmerso en los diseños que Armin había inspirado.
Ni siquiera me molesté en alzar la vista, me limité a dar las buenas tardes maquinalmente. Dadas las circunstancias, ya estaba casi resignado a no verlo de nuevo. Después de mi imprudente proceder, no tenía cara para buscarlo. Sentía que me había aprovechado de él. Nuestras edades no distaban tanto, incluso mi ex-novia debía tener su edad, sin embargo, ello no me eximía de la responsabilidad que en mí debía existir por ser ya un adulto. Me había dejado llevar irreflexivamente…

La sombra de una persona parada del otro lado del mostrador oscureció mis bosquejos llevándome a perder mi hilo de pensamiento ante tal distracción. Sin más opción que hacer a un lado mi block de dibujo miré al fin a la inmóvil figura que me contemplaba impaciente.

—Armin…

—¿Por qué te sorprendes tanto? ¿No se supone que trabajamos juntos?

—Creí que tal vez…

—¿…no vendría por lo de la otra noche? —Su franqueza me tomaba desprevenido. “¿Es que habré exagerado, entonces?” —Sólo digamos que en vez de continuar la ruta tradicional he optado por aventurarme a la ruta alterna, me intriga saber si será un buen final o uno malo —explicó sonriendo ante esta última nota.

No sabía mucho de videojuegos ni mucho menos, los pocos conocimientos que poseía en el tema eran gracias a que Rosalya ocasionalmente jugaba unos llamados “otome games” en los cuales había distintos finales dependiendo del pretendiente con el que decidiera quedarse, y a cada una de esas opciones se le llamaba “ruta”. ¿Eso era a lo que Armin estaba haciendo referencia? ¿Constituía yo la ruta alterna por ser un hombre o porque ya había otra persona antes de mí perfilada para estar con él? Quise darle voz a mis dudas, mas, falto de determinación para hacerlo (no tenía la absoluta certeza de desear obtener una respuesta, por lo menos no todavía) solamente le dije dando continuidad a su alusión—¿Estás seguro de lo que estás diciendo? ¿Qué harás si desbloqueas el final malo? No podrás sencillamente reiniciar la partida e intentar de nuevo como en los videojuegos.

—Lo sé —respondió sonriendo, pero no de manera alegre y despreocupada como su gemelo solía hacer, más bien lo hacía con sagacidad y quizá, osadía— Es precisamente eso lo que me tienta.

Tal vez no existía gran diferencia entre los videojuegos, el diseño de modas y el romance, a final de cuentas si la persona no se arriesga es seguro que no tendrá éxito, mas, si aprovecha la oportunidad, las probabilidades de fracasar significan nada ante la brillante visión de salir avante.
Las palabras de llamado a la prudencia que tanto me había repetido durante estos días resonaron débiles en mi cabeza, únicamente para ser vencidas definitivamente por el violento recuerdo de sus labios y la tersura de su piel. Bosquejé una sonrisa. “Puede que no sean los motivos más sensibles los que le estén llevando conmigo, pero ya tendré suficiente tiempo para cautivarlo como él me cautiva a mí”. El verme así sólo sirvió para corroborar que mi moderación había sido aniquilada desde aquel día cuando venturosamente Alexy se detuvo en mi tienda y le eligió un conjunto de ropa, cuando abrió la puerta de los vestidores y experimenté lo que comúnmente llaman “flechazo”. Sí, seguramente fue eso, fue aquél “flechazo en los vestidores” lo que había trabajado el fausto cambio en mi vida.

FIN

Cap. 6: Atrapados en los vestidores

Continuación de Leigh x Armin: Atados por el deseo

10 comentarios:

  1. Interpretas los caracteres de los personajes tan certeramente. Me encanta como escribes al igual que me encanta esta historia.

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    1. Mil gracias por tus palabras y por leer mis historias, de verdad significa mucho para mí! <3 <3

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  2. me encanta ,escribes y expresas todo de una manera tan hermosa. sigue asi y podras ser una gran escritora

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    1. *^* Waaaa!! Me has hecho el día con tu comentario <3

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    2. Debo confesar que por mi misma jamás hubiera pensado en Leight con Armin como pareja, pero simplemente me fascino de principio a fin, tienes una redacción exquisita, que en realidad su extensión no importa, ame la forma en que con lujo de detalle creaste tan bonitas escenas entre esté par, tienes un extenso vocabulario, que me a capturado en tú historia, voy a seguir leyendo y espero por favor puedas continuar escribiendo que lo haces hermoso.

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    3. Mil, mil gracias por tus palabras, ¡en serio! *^* ❤
      Qué bueno que te hayan gustado estos dos pelinegros juntos :3 son una pareja demasiado dispareja en cuanto a caracter, pero físicamente ambos son tan elegantes que no me pude resistir a juntarlos :)
      Ése es el plan: seguir escribiendo y si mi memoria así lo permite seguir extendiendo mi vocabulario, jiji ^^

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  3. Dispareja, creo que en estos casos aplica perfectamente aquello que dice que "polos opuestos se atraen" no? y es que en cuanto a gustos estos dos sí que son por completo diferentes, pero no creo que eso sea un obstáculo y ciertamente concuerdo con eso de que ambos lucen encantadores con esa elegancia propia de cada uno y esos cabellos azabaches de ambos~ y bueno limites para extender el vocabulario no los hay, así que te deseo suerte en eso atte: Anonimo (Daya)

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    1. jiji ¡síiii! creo que son las mejores parejas dado que se complementan en lo que al otro le falta :D
      Muchas gracias por tu apoyo Daya! ❤

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  4. (Comento a medida que leo aquí también :P)

    Vale, entiendo la incomodidad X'D Pero, de hecho, si acordasteis un lugar. I mean. Sweet amoris es un lugar (?). Doy por hecho que hablas de un lugar en el mismo sweet amoris?

    ALEXY, TÚ SI TIENES SENTIDO DE LA OPORTUNIDAD!! *aplausos*

    P-pero Rosa... D: Tú me caes bien ¡no seas así! (Bueno, supongo que en realidad yo también estaría sorprendida en su lugar)

    Alexy, maruja XD Pero una maruja útil. Eres una gran casamentera, ¡sí señor!
    Hmmm... sí... claro... "tomar sus medidas"... ¿eh? *cara sugerente de WA*
    "Realzaba la natural elegancia de su semblante". No puedo estar más de acuerdo. Su cara es elegante cuando no está deforme, no vamos a negarlo. (fuera de eso, este fragmento del encuentro me ENCANTA. Mucho <3 <3)

    *sintiendo la tensión cuando le toma medidas*
    TAL CUAL LEIGH. ASÍ PORQUE SÍ LO BESAS XD
    Pobre Armin, yo me quedaría muerta XDD (bueno, "pobre", lo que es "pobre"... no veo tanta desgracia en un beso de Leigh, jeje).
    Armin, diosas, hazte valer. ¡¡Topéale cuando menos se lo espere!!

    "alguien había entrado"
    Yo: miERDA, QUIÉN SE HA ATREVIDO, ESTABAN OCUPADOS, LA TIENDA ESTÁ CERRADA; SHU, SHU.
    ¡¡¿EH?!! ¿Y ya? ¿Volvéis a casa tan panchos y tan felices? D: MOAR SALSEO, PLZ.

    JAJAJA EL LENGUAJE GAMER DE ARMIN. LUV U ARMIN, GUAPO. Y valiente. Y perfecto.
    Aish. Es que mi amor por ti brilla con la intensidad de mil soles *__* Lástima que ya estés cogido por el guapo diseñador, je.

    Me ha gustado mucho el fic ¡mucho, mucho! Muy dulce y esperanzador el final *___* No esperaba que fuera la calentura lo que moviera a Leigh, pero vaya, que ante Armin cualquiera queda estoico, ¡jaja!
    Buen fic, a ver si leo alguno más :3

    Att.

    Cotic

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    1. Jajajaja, con lo que me encanta poner de villana a Rosa xD Ya ves que soy bien hater, so... bueno, así odiar odiar a Rosa, pues no, sólo no me cae. Digamos que si fuéramos a la misma escuela no sería amiga de ella. Lo que sí saca mi lado hater es que sea la novia de mi gran amor Leigh y que no entienda su forma de querer! me purga pensar cómo le hace panchos sólo porque es un poco frío. Estúpida Rosa, si no lo quieres tal cual pues pásamelo porque a mí el doctor me los ha recetado así, igualitos a Leigh xDD
      Jajajaja, fiuuuuu, me alegra saber que no la he regado, la verdad es que Armin es el personaje de CDM que más me cuesta personificar y cuando me toca escribir de él me ando con pincitas y cruzo los dedos para que no me quede demasiado OOC, jijiji.

      ¡Wiiiiiii! ¡No sabes lo contenta que me poner saber que te ha gustado! \(≧▽≦)/
      ¡Muchas gracias por tomarte el tiempo de leerlo. Sos un amor =3

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