Disclaimer: Los
personajes utilizados en esta historia no son de mi propiedad, pertenecen
enteramente a su creadora ChiNoMiko.
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Mientras
esperaba en el patio del instituto comencé a sentirme bastante tonto, a decir
verdad ni siquiera habíamos hecho una cita formal, Alexy simplemente me dijo
que fuera a verles pero en realidad nunca acordamos una hora o un lugar. Toda
la mañana estuve inquieto, preguntándome qué hora sería mejor para ir a verles…
de hecho, debo confesar que ni siquiera estaba seguro de estar allí por el bien
del desfile…
—¿Leigh?
—Rosalya había aparecido de la nada. O quizá yo estaba demasiado distraído para
notarla antes de que me hablase— Te he dicho antes que no quiero verte.
—Rosalya,
¿qué tal? —le saludé cordialmente. Lucía tan bella como siempre, aun así mi
corazón no latía a ritmo acelerado como solía hacerlo en el pasado.
—¿Vienes
hasta aquí y lo mejor que puedes decir es “qué tal”? Inaudito —exclamó molesta.
—Te
equivocas, yo…
—¡Leigh!
¡Viniste! —gritó desde el otro lado de la plazuela el jovial chico de cabello
azul. De dos zancadas ya se encontraba con nosotros— Estaba preocupado de que
no vinieras, apenas por la mañana caí en la cuenta de que no te dije a qué hora
ni dónde nos encontraríamos —continuó con una sonrisa en el rostro.
Rosalya
hizo un sonido de indignación —¿Qué significa esto?
—¿Cómo?
¿Ustedes se conocen? —preguntó Alexy desconcertado.
—¡Esa
debería ser mi línea! —Replicó alterada— No, pensándolo bien, ya no… ya me da
igual —se dio la vuelta y se alejó mirándonos severamente a ambos, como si él
tuviera la culpa de que lo nuestro fracasase.
—¿Qué
le pasa a Rosa hoy? Parece bastante susceptible —acotó el gemelo contrariado—
¿la conoces de la boutique?
—Solíamos
estar en una relación.
—¿En
serio? ¡Wow! ¡Qué pareja tan despampanante han de haber hecho! ¿Por qué
terminaron?
—Preferiría
no hablar de eso —expliqué. Alexy frunció la boca como respuesta, no parecía
agradarle la idea de quedarse con la curiosidad— ¿has podido persuadir a Armin?
—Síp
—respondió con una gran sonrisa de satisfacción— pero tendrás que comprarle
videojuegos a cambio, ¡tienes suerte de que haya gastado todo su dinero en un
proyecto del instituto!
—¿Videojuegos?
… mmm… si es lo que él quiere…
—¡Sí!
Está loco por los videojuegos, a veces parecen importarle más que ni yo
—explicó haciendo un puchero.
Yo
no pude evitar esbozar una sonrisa, Alexy parecía ser bastante divertido
—¿Puedo hacer algo por ti? Después de todo me has ayudado.
—Si
pudiera quedarme con alguno de los diseños del desfile sería genial —exclamó
recobrando nuevamente su animada sonrisa.
“Tal
como había pensado” —Es un trato entonces. Mmm… ¿crees que Armin pudiera
pasarse por la tienda más tarde? Necesito tomar sus medidas.
—¡Claro.
Yo me encargo!
Sin
más por hacer en el instituto regresé a la tienda y esperé impaciente la
llegada de Armin. Tenía tantas ideas para los atuendos que utilizaría en el
desfile. Las horas trascurrieron y el día comenzó a oscurecer hasta que por fin
la noche llegó y junto con ella la certeza de que él no vendría, o al menos eso
había pensado…
Justo
terminaba de poner todo en orden; disponíame, al fin, a cerrar la tienda para
así poder proceder al cierre de caja cuando la puerta fue abierta con fuerza y
me encontré frente a frente con aquellos electrizantes ojos que habían
intentado fulminarme el día anterior. Tener su rostro tan cerca del mío me
había robado el habla, la expresión serena, tan diferente de la de hastío del
día anterior, realzaba la natural elegancia de su semblante. Hice un esfuerzo
por recobrar la compostura y le invité a pasar.
—Estaba
a punto de cerrar, creí que no vendrías —expliqué mientras colocaba el anuncio
de ‘cerrado’ en el cristal.
—Hacía
demasiado calor y esperé hasta que refrescara un poco, odio los días soleados.
—Ya
veo. Aunque tarde, es un alivio que vinieras, ya no queda tanto tiempo para el
evento y necesito comenzar los diseños que usarás cuanto antes. ¿Tomamos las
medidas?
—Sí,
¡para eso vine! —obvió. Le pedí que pasara a los vestidores dado que allí en la
boutique estábamos expuestos a la mirada de cualquier transeúnte— ¿Y cuántos
cambios de ropa tendré que usar? ¡Ni sueñes que me vas a traer a toda prisa
cambiándome de ropa cada 2 minutos!
—No
te preocupes, no serán más de cinco cambios por modelo.
Una
vez en el vestidor le pedí se despojara de su abrigo, quedando en la parte
superior únicamente con una playera blanca de cuello escotado que permitía
admirar la excelsa finura de sus clavículas; y en la parte inferior con unos
pantalones ajustados de mezclilla. Procedí a tomar las medidas de sus piernas,
su cintura, sus brazos, el talle de su espalda, y demás, dejando al último la
circunferencia de su cuello. Mientras hacía las mediciones mi agitación había
ido en ascenso, era una sensación completamente ajena a mí el sentirme tan
irremediablemente arrobado por alguien de mí mismo género. Aunque en realidad
eso no era lo que causaba conflicto en mí, sino la falta de profesionalismo con
que estaba haciendo mi trabajo. Mientras recorría su cuerpo con la cinta
métrica no podía dejar de desear que los tejidos interpuestos entre su piel y
mis manos desapareciesen. El silencio que nos circundaba únicamente servía para
inquietarme todavía más; para exacerbar el delirio de mis pensamientos.
Finalmente
pasé la cinta por su cuello y pese a que desde la distancia en que me
encontraba alcanzaba a ver perfectamente la medida, fingí necesitar acercarme
más; recorté tanto el trecho entre nosotros que fui capaz de sentir su
respiración refrescando e incendiando a un tiempo mis sentidos. Hasta aquél
momento había mantenido la vista fija en los números de la cinta de medir, pero
en un impulso irrefrenable alcé la mirada encontrándome con sus vibrantes ojos
azules fijos en mí. Durante una fracción de segundo que para mí se sintió más
larga que la eternidad misma le sostuve la mirada irresoluto, hasta que en un
demencial arrebato crucé la frontera interpuesta entre nuestros labios. Inmediatamente
cruzó por mi mente el retroceder y disculparme.
¿¡Qué estaba haciendo!?
¡Cuán inapropiado de mi parte!
No
obstante, una voz en mi interior que había permanecido silenciada hasta ése
momento me hizo ver que el daño era irreparable, aunque me disculpase no podría
deshacer el irreflexivo beso, sin contar, además, que estaría siendo insincero:
no lamentaba en lo más mínimo el haber cedido ante mis impulsos. Decidí
aventurarme más allá de un simple roce de labios, y atrayendo su cuerpo
firmemente contra el mío profundicé el beso. Sus manos cayeron sobre mis
hombros en un lánguido intento por alejarme.
¿¡Qué me sucedía!? Ése tipo de conducta no era
habitual en mí, ¡apenas lo conocía y ya me estaba tomando semejantes
libertades! Estaba siendo vencido por el anhelo del frenesí que rogaba por
verse consumado.
—Si
no me pones un alto apropiadamente, me temo que no podré refrenarme más. —Le
advertí, arrinconándolo contra el espejo que hacía de muro, en un esfuerzo
sobrehumano por volver en mí.
Miré
al frente y por el rabillo del ojo alcancé a ver mi reflejo; ¡Qué apariencia
tan chocante ofrecía! Mis ojos emanaban concupiscencia. “Con que así es como luzco
cuando pierdo la mesura”… mi voz por su parte había abandonado su comedida y
serena textura para tornarse un hosco susurro. Traté de persuadirme, “Leigh
recobra el juicio”, mas, había dejado de escuchar mi sentido común; mi código
de ética laboral; mi llamado a la prudencia, desde el momento en que Armin
cruzó el umbral de la puerta, sólo que no me había percatado de ello hasta
ahora. Dudaba que en verdad hiciese una diferencia su resistencia, mi deseo
continuaría enardecido incluso con mayor intensidad después de haber degustado
el exquisito sabor de sus labios, de su saliva…
Me
miró con un dejo de dubitación, sus labios temblaban casi imperceptiblemente,
yo estaba tan absorbido en él que nada me pasaba desapercibido— No dices nada…
¿debo tomarlo como señal de aprobación? —volví a devorar la distancia entre
nuestras bocas sin darle oportunidad ya de réplica.
Lo
sentí sacudirse entre mis brazos, “¿así que has cedido?”, me dije victorioso.
Mis manos se deslizaron venturosas por debajo de su delgada playera, su piel
parecía arder tanto como la mía. Suavemente mordí su labio inferior y dejé
escapar un febril suspiro. Nuestro aliento vuelto uno solo. Interpuse una de
mis piernas entre las suyas…
El
cristal de la puerta de la entrada se jugó. Alguien había entrado.
—¿Aún
estás aquí? —aquella era la voz de Lysandro. A veces, cuando no quedaba con
Rosalya, mi hermano pasaría a la tienda después de los ensayos para volver
juntos. Era un gesto que me reconfortaba. Me complacía el ver que pese al paso
del tiempo nuestro lazo fraternal no se debilitaba. Pero en esta ocasión había
sido un supremo desacierto el tomarse la molestia de venir por mí, así como
también lo había sido de mi parte el no cerrar la puerta con llave. “Todo ha
surgido en el momento. ¿¡Cómo iba a imaginármelo!?”.
—Sí.
Estoy tomando las medidas del nuevo modelo —exclamé, alejándome, renuente, de
Armin. No lo hubiera culpado si hubiese dejado la boutique en ése preciso
instante.
Para
mi sorpresa me permitió terminar de tomarle las últimas medidas. No estaba
seguro de si únicamente trataba de mantener las apariencias frente a mi hermano
que era también su compañero de clase o de si verdaderamente no le conflictuaba
lo sucedido. Quería estar a solas con él y preguntárselo directamente, aunque,
a la vez, temía su respuesta.
No
demoré demasiado en concluir las anotaciones correspondientes. Él, sin más
retrasos regresó a su casa, mientras que Lysandro y yo nos quedamos a terminar
el corte de caja antes de volver nosotros también a nuestro hogar.
El
silencio que nos acompañaba penetrábase en la atmósfera, incrustábase
discordante en nuestros oídos. Podía afirmar que mi hermano había percibido la
fluctuación entre tensión y ofuscamiento en el ambiente. Agradecí que no
intentara indagar más. Ni siquiera atentó preguntar cómo era que Armin había llegado
a ser mi modelo.
Apenas
me encontré en mi aposento preparé la tina y me sumergí en la tibieza del agua
mezclada con aceites y esencias relajantes. Me esforcé en inhibir los recuerdos
de lo sucedido, no lograría conciliar el sueño si no lo hacía, cada vez que la
imagen asaltaba mi mente, inevitablemente terminaba pensando en lo que hubiese
ocurrido de no haber llegado Lysandro.
“Basta
Leigh. Necesitas descansar. Despejar los sentidos enajenados por aquél joven…
existencia compuesta de vibrante noche…
¡Ya,
es suficiente!”.
Cerrando
los ojos me concentré en la sensación del agua abrazando mi cuerpo, y abriendo
mis oídos al ahora bendito silencio de la habitación comencé a relajarme.
***
La
puerta se abrió impetuosa.
Sin
darme cuenta el resto de la semana transcurrió conmigo inmerso en los diseños
que Armin había inspirado.
Ni
siquiera me molesté en alzar la vista, me limité a dar las buenas tardes
maquinalmente. Dadas las circunstancias, ya estaba casi resignado a no verlo de
nuevo. Después de mi imprudente proceder, no tenía cara para buscarlo. Sentía
que me había aprovechado de él. Nuestras edades no distaban tanto, incluso mi
ex-novia debía tener su edad, sin embargo, ello no me eximía de la
responsabilidad que en mí debía existir por ser ya un adulto. Me había dejado
llevar irreflexivamente…
La
sombra de una persona parada del otro lado del mostrador oscureció mis
bosquejos llevándome a perder mi hilo de pensamiento ante tal distracción. Sin
más opción que hacer a un lado mi block de dibujo miré al fin a la inmóvil
figura que me contemplaba impaciente.
—Armin…
—¿Por
qué te sorprendes tanto? ¿No se supone que trabajamos juntos?
—Creí
que tal vez…
—¿…no
vendría por lo de la otra noche? —Su franqueza me tomaba desprevenido. “¿Es que
habré exagerado, entonces?” —Sólo digamos que en vez de continuar la ruta
tradicional he optado por aventurarme a la ruta alterna, me intriga saber si
será un buen final o uno malo —explicó sonriendo ante esta última nota.
No
sabía mucho de videojuegos ni mucho menos, los pocos conocimientos que poseía
en el tema eran gracias a que Rosalya ocasionalmente jugaba unos llamados
“otome games” en los cuales había distintos finales dependiendo del pretendiente
con el que decidiera quedarse, y a cada una de esas opciones se le llamaba
“ruta”. ¿Eso era a lo que Armin estaba haciendo referencia? ¿Constituía yo la
ruta alterna por ser un hombre o porque ya había otra persona antes de mí
perfilada para estar con él? Quise darle voz a mis dudas, mas, falto de
determinación para hacerlo (no tenía la absoluta certeza de desear obtener una
respuesta, por lo menos no todavía) solamente le dije dando continuidad a su
alusión—¿Estás seguro de lo que estás diciendo? ¿Qué harás si desbloqueas el
final malo? No podrás sencillamente reiniciar la partida e intentar de nuevo
como en los videojuegos.
—Lo
sé —respondió sonriendo, pero no de manera alegre y despreocupada como su
gemelo solía hacer, más bien lo hacía con sagacidad y quizá, osadía— Es
precisamente eso lo que me tienta.
Tal
vez no existía gran diferencia entre los videojuegos, el diseño de modas y el
romance, a final de cuentas si la persona no se arriesga es seguro que no
tendrá éxito, mas, si aprovecha la oportunidad, las probabilidades de fracasar
significan nada ante la brillante visión de salir avante.
Las
palabras de llamado a la prudencia que tanto me había repetido durante estos
días resonaron débiles en mi cabeza, únicamente para ser vencidas
definitivamente por el violento recuerdo de sus labios y la tersura de su piel.
Bosquejé una sonrisa. “Puede que no sean los motivos más sensibles los que le estén
llevando conmigo, pero ya tendré suficiente tiempo para cautivarlo como él me
cautiva a mí”. El verme así sólo sirvió para corroborar que mi moderación había
sido aniquilada desde aquel día cuando venturosamente Alexy se detuvo en mi
tienda y le eligió un conjunto de ropa, cuando abrió la puerta de los
vestidores y experimenté lo que comúnmente llaman “flechazo”. Sí, seguramente
fue eso, fue aquél “flechazo en los vestidores” lo que había trabajado el fausto
cambio en mi vida.
FIN
Cap. 6: Atrapados en los vestidores
Continuación de Leigh x Armin: Atados por el deseo
FIN
Cap. 6: Atrapados en los vestidores
Continuación de Leigh x Armin: Atados por el deseo
Interpretas los caracteres de los personajes tan certeramente. Me encanta como escribes al igual que me encanta esta historia.
ResponderBorrarMil gracias por tus palabras y por leer mis historias, de verdad significa mucho para mí! <3 <3
Borrarme encanta ,escribes y expresas todo de una manera tan hermosa. sigue asi y podras ser una gran escritora
ResponderBorrar*^* Waaaa!! Me has hecho el día con tu comentario <3
BorrarDebo confesar que por mi misma jamás hubiera pensado en Leight con Armin como pareja, pero simplemente me fascino de principio a fin, tienes una redacción exquisita, que en realidad su extensión no importa, ame la forma en que con lujo de detalle creaste tan bonitas escenas entre esté par, tienes un extenso vocabulario, que me a capturado en tú historia, voy a seguir leyendo y espero por favor puedas continuar escribiendo que lo haces hermoso.
BorrarMil, mil gracias por tus palabras, ¡en serio! *^* ❤
BorrarQué bueno que te hayan gustado estos dos pelinegros juntos :3 son una pareja demasiado dispareja en cuanto a caracter, pero físicamente ambos son tan elegantes que no me pude resistir a juntarlos :)
Ése es el plan: seguir escribiendo y si mi memoria así lo permite seguir extendiendo mi vocabulario, jiji ^^
Dispareja, creo que en estos casos aplica perfectamente aquello que dice que "polos opuestos se atraen" no? y es que en cuanto a gustos estos dos sí que son por completo diferentes, pero no creo que eso sea un obstáculo y ciertamente concuerdo con eso de que ambos lucen encantadores con esa elegancia propia de cada uno y esos cabellos azabaches de ambos~ y bueno limites para extender el vocabulario no los hay, así que te deseo suerte en eso atte: Anonimo (Daya)
ResponderBorrarjiji ¡síiii! creo que son las mejores parejas dado que se complementan en lo que al otro le falta :D
BorrarMuchas gracias por tu apoyo Daya! ❤
(Comento a medida que leo aquí también :P)
ResponderBorrarVale, entiendo la incomodidad X'D Pero, de hecho, si acordasteis un lugar. I mean. Sweet amoris es un lugar (?). Doy por hecho que hablas de un lugar en el mismo sweet amoris?
ALEXY, TÚ SI TIENES SENTIDO DE LA OPORTUNIDAD!! *aplausos*
P-pero Rosa... D: Tú me caes bien ¡no seas así! (Bueno, supongo que en realidad yo también estaría sorprendida en su lugar)
Alexy, maruja XD Pero una maruja útil. Eres una gran casamentera, ¡sí señor!
Hmmm... sí... claro... "tomar sus medidas"... ¿eh? *cara sugerente de WA*
"Realzaba la natural elegancia de su semblante". No puedo estar más de acuerdo. Su cara es elegante cuando no está deforme, no vamos a negarlo. (fuera de eso, este fragmento del encuentro me ENCANTA. Mucho <3 <3)
*sintiendo la tensión cuando le toma medidas*
TAL CUAL LEIGH. ASÍ PORQUE SÍ LO BESAS XD
Pobre Armin, yo me quedaría muerta XDD (bueno, "pobre", lo que es "pobre"... no veo tanta desgracia en un beso de Leigh, jeje).
Armin, diosas, hazte valer. ¡¡Topéale cuando menos se lo espere!!
"alguien había entrado"
Yo: miERDA, QUIÉN SE HA ATREVIDO, ESTABAN OCUPADOS, LA TIENDA ESTÁ CERRADA; SHU, SHU.
¡¡¿EH?!! ¿Y ya? ¿Volvéis a casa tan panchos y tan felices? D: MOAR SALSEO, PLZ.
JAJAJA EL LENGUAJE GAMER DE ARMIN. LUV U ARMIN, GUAPO. Y valiente. Y perfecto.
Aish. Es que mi amor por ti brilla con la intensidad de mil soles *__* Lástima que ya estés cogido por el guapo diseñador, je.
Me ha gustado mucho el fic ¡mucho, mucho! Muy dulce y esperanzador el final *___* No esperaba que fuera la calentura lo que moviera a Leigh, pero vaya, que ante Armin cualquiera queda estoico, ¡jaja!
Buen fic, a ver si leo alguno más :3
Att.
Cotic
Jajajaja, con lo que me encanta poner de villana a Rosa xD Ya ves que soy bien hater, so... bueno, así odiar odiar a Rosa, pues no, sólo no me cae. Digamos que si fuéramos a la misma escuela no sería amiga de ella. Lo que sí saca mi lado hater es que sea la novia de mi gran amor Leigh y que no entienda su forma de querer! me purga pensar cómo le hace panchos sólo porque es un poco frío. Estúpida Rosa, si no lo quieres tal cual pues pásamelo porque a mí el doctor me los ha recetado así, igualitos a Leigh xDD
BorrarJajajaja, fiuuuuu, me alegra saber que no la he regado, la verdad es que Armin es el personaje de CDM que más me cuesta personificar y cuando me toca escribir de él me ando con pincitas y cruzo los dedos para que no me quede demasiado OOC, jijiji.
¡Wiiiiiii! ¡No sabes lo contenta que me poner saber que te ha gustado! \(≧▽≦)/
¡Muchas gracias por tomarte el tiempo de leerlo. Sos un amor =3