martes, 14 de mayo de 2013

LOS VESTIDORES DEL AMOR 2da. Pte. [Castiel x Lysandro x Alexy][CDM][Yaoi]

La continuación a Los vestidores del amor


Disclaimer: Los personajes utilizados en esta historia no son de mi propiedad, pertenecen enteramente a su creadora ChiNoMiko.



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 "Quiero sentir tus labios. Vamos no seas tímido. ¿No ves como tiemblan de las ganas de besarte?” Sabía que Lysandro nunca lo haría por sí mismo, así que sin más tiempo que perder me abalancé sobre de él e incapaz de contenerme, a la primera oportunidad mi lengua se abrió paso para reunirse con la del albino, que comenzaba a dejarse llevar, deslizando sus dedos suavemente entre mi cabello azul. “Lysandro, quiero sentir más de ti”, le dije en un susurro, clavando mis ojos fucsia en las impares piedras preciosas que los miraban de vuelta. “Alexy”, musitó con sensual y comedida voz. ¡Qué melódico hacía sonar mi nombre, casi como un canto!


Alexy”…

Alexy”…

Ale…”

xy… ¡Hey, Alexy! ¡Despierta o llegaremos tarde de nuevo! —exclamó Armin dándome una mirada severa, como si nunca hubiésemos llegado tarde porque se quedó dormido después de desvelarse jugando toda la noche.

Ya voy, ya voy —dije al fin, recorriendo la habitación con la mirada, negándome a creer que mi encuentro con Lys había sido sólo un sueño. Los penetrantes ojos azules de mi hermano se entrecerraron amenazantes. Estaba especialmente de mal humor. Quizá el hecho de que el sol brillara a todo lo que daba tuviera algo que ver.
Armin no abandonó mi cuarto hasta no verme saltar fuera de la cama  y asegurarse de que me preparara para la escuela.

Todo el camino me la pasé callado, perdido en mis pensamientos que revoloteaban  alrededor de una sola persona…  Y, como si aparecer en mi sueño no le fuera suficiente para asegurarse de seguir en mi cabeza por el resto del día, lo primero que me encuentro cuando llego al instituto es a Lysandro merodeando los pasillos, luciendo su elegante figura al pasar.
Quiero sentir más de ti”, ¿por qué tuve que ser despertado en ese preciso instante? Cuando probablemente iba a poder sentir su piel de nuevo, pero en mayor extensión y con mayor libertad. Aunque fuera únicamente un sueño, me hubiese gustado sentir su piel contra mi piel…

Alexy, —esta vez sí era su voz la que me llamaba— Armin.

—¡Hola, Lys! —exclamé mostrándole mi mejor sonrisa, pero su reacción no fue muy alentadora.

—¿Lys?, —repitió arqueando una ceja— preferiría que no me llamaras así.

—¡Oh! Claro, disculpa —respondí nervioso. Nunca me había sido tan difícil tratar con un chico como me estaba siendo tratar con él. No tenía idea de qué hacer o qué decir, o más bien, de qué NO decir y que NO hacer para agradarle. “Me pregunto cómo le hizo ése dichoso Castiel”.

De cualquier modo, ¿no has visto un cuaderno por los alrededores?

No. Lo siento. Pero si lo veo, de inmediato te aviso.

Gracias —en seguida siguió su camino, no sin antes esbozar una cálida sonrisa que incentivó mi imaginación, podía visualizarlo perfectamente rodeando mi espalda con su delineado brazo y subiéndome poco a poco la playera con su mano libre, trazando las líneas de mi abdomen con las puntas de sus dedos mientras nuestros labios jugaban entre ellos…

Hey, no te quedes ahí parado. El chico ya se fue, o qué ¿quieres quedarte a respirar el aroma que dejó en el aire? —comentó sarcásticamente mi gemelo, sin despegar los ojos de la consola. Con el humor que se cargaba ése día, poco le faltaba para emanar un aura maligna como en sus videojuegos.

Sacudí ligeramente la cabeza como si los pensamientos que tenía fueran a salir de mi mente sólo por hacer eso— Armin, si ves una libreta por ahí botada me la das de inmediato —inmutable, él continuó como si no hubiera dicho nada— ¿Me escuchaste? Es realmente importante. ¡Armin! —hice un pequeño puchero. Siempre me salía lo infantil cuando de mi hermano se trataba, aunque ésa técnica de los berrinches había dejado de funcionar hace mucho con él.

Sí, claro, libreta —fue lo mejor que pude conseguir como respuesta.

Cuando me disponía a reclamarle su desconsideración, un chasquido, “Tsk”, me hizo desviar mi atención. Era Castiel. Recientemente había agarrado la maña de chasquear la lengua cada vez que me veía. No entendía por qué. Nuestra relación había sido de mutua indiferencia hasta ése día en que me lanzó una mirada asesina a la salida de los vestidores. “Mmm… pero lo único fuera de lo normal que hice aquél día fue tocar el tatuaje de… espera, podría ser que… ¿¡está celoso!? ¡Nah! ¡Qué va! ¡Imposible!” me dije riendo. Armin me miró de reojo, aunque ya estaba acostumbrado a que siempre me anduviera riendo solo con mis pensamientos, no dejaba de incomodarle, lo cual sólo provocaba que me riera aún más.

Nunca había sido fan de la clase de Educación Física, sin embargo, esta vez  la esperé con ansias, incluso realicé todas las prácticas con un montón de energía, como si el echarle ganas fuera a apresurar el tiempo.
Una vez terminadas las actividades me fui directo a los vestidores y esperé a que la refinada figura de cabello blanco entrara a la habitación. Armin, por otro lado, cansado de esperar me dejó a mi suerte. Después de un rato de hacer tiempo pretendiendo que no encontraba mis cosas para que ninguno de los otros chicos sospechara nada, finalmente apareció Lysandro en compañía de Castiel, quien inesperadamente en vez de lanzarme una mirada de fastidio, me miró y torció sus labios en una sonrisa burlona. “Ok, ahora estoy oficialmente confundido”. Comencé a desvestirme, dándole discretamente una ojeada al apuesto albino. Era una verdadera suerte que nuestras casillas no estuvieran tan separadas la una de la otra. Comenzó a desdoblar su ropa y luego se quitó la camisa. Era una visión en exceso estimulante; me estaba seduciendo y ni siquiera se percataba de ello. El recato de sus movimientos en armonía con la impasibilidad de su rostro era abrumador. Sin embargo, cuando me dio la espalda, algo que rasgó el ensoñador cuadro que se pintaba a sí mismo saltó ante mis ojos, era algo que sobresalía descaradamente: una pequeña pero intensa marca roja en la parte  trasera de su cuello. “¿Es acaso…? Entonces, ¿tiene novia? ¿Por eso se ha reído el pelirrojo al verme? Pero… ¿cómo sabía él lo que tenía su amigo en el cuello? El tipo de ropa que usa esconde el chupete al 100% y apuesto que Lysandro no es de los que va por la vida contando sus intimidades, tendría que haberlo visto sin camisa…”. Era inútil seguir dándole vueltas al asunto en ese momento, así que me espabilé y me vestí con rapidez, de algún modo, el ver eso me había conmocionado, era como si alguien le hubiera dado un puñetazo a mi ilusión.

Mejor te ayudo o no saldremos de aquí jamás —le dijo Castiel a Lys. Él se había mudado de ropa en un pestañeo y ahora sólo esperaba por el albino. Caminó en dirección a éste, no sin antes echarme otra de sus risitas burlonas. “¿Qué está pasando aquí?”, me pregunté desorientado. El pelirrojo se colocó frente a él y comenzó a abotonarle la camisa, un gesto bastante extraño entre dos hombres, miré a mí alrededor y ya únicamente quedábamos nosotros tres. Repentinamente se acercó a su oído y mirándome fijamente le susurró algo que turbó al albino por una fracción de segundo. Mis pies como por inercia se movieron y cuando me di cuenta ya estaba yo afuera de los vestidores. Después, no pude evitar sentir que debí haberme quedado a ver que se traía Castiel entre manos, pero… tampoco estaba tan seguro de querer averiguarlo.

—¿Por fin terminaste de acosar al chico de ojos raros? —exclamó Armin, que me estaba esperando en el pasillo principal.

No lo acoso. Sólo lo observo —corregí un poco molesto, no con mi hermano, sino con lo que acababa de presenciar.

—¡Cómo sea! ¡Toma! —me arrojó una libreta con apariencia de valiosa antigüedad.

—¿Qué es esto?

La libreta por la que llorabas —contestó con esa sonrisa maliciosa que tan bien le iba.

—¡Wow! ¡Eres súper, Armin! —me abalancé sobre de él, abrazándolo y dándole un gran beso en la mejilla —¿Cómo la has conseguido?

Una chica me la ha dado. Cuando la hojeó y vio que sólo había canciones y versos en ella, le dije que yo sabía a quién pertenecía y que la devolvería a su propietario.

—¡Y me las has dado a mí! ¡En verdad, mil gracias! —tenía aferrada la libreta contra mi pecho, como si fuera mi propio diario ultra confidencial.

Había escuchado decir a algunas de las chicas que Lysandro se enfurecía si husmeabas en su privacidad y ello incluía su legendario cuaderno. “Sin embargo, no tiene por qué enterarse”. La tentación era demasiado grande, además quizá con su contenido pudiera acomodar las piezas de lo que sucedía.
Me escabullí a las escaleras que subían a la azotea y me senté allí a leer la libreta que como caída del cielo había llegado a mis manos “Ni siquiera tuve que buscarla. ¡Qué suerte!”. Con cautela abrí el cuaderno, pasando por las hojas como si con un  movimiento brusco fueran a deshacerse en mis manos. Todas eran canciones de amor. Sin embargo no eran a una persona en específico, podía decirlo por la forma en que cada una era expresada, no era un sólo amor el que yacía plasmado en esas páginas, eran muchos amores, de distintas intensidades, de distintas naturalezas. “Probablemente sólo sean producto de su creatividad e inspiración”. No obstante, las últimas canciones escritas tenían una esencia distinta, parecían más… más… ¿cuál sería la expresión?, ¿más cálidas?, más… pasionales. Una en específico llamó mi atención.




Rojas llamas”… “el humo de tus ojos”…  “insolente boca”… “quizá esté siendo paranoico, pero hay alguien a quien le viene como guante esa descripción, o al menos eso creo, nunca me he fijado a detalle en el color de ojos de Castiel, pero si no me equivoco deben ser grises”. Ahora que había leído, no, no leído, ¡devorado! todas las canciones y versos, me sentía todavía más intranquilo que antes. “El chico malo del instituto y el chico excéntrico y misterioso, ¿saliendo? ¡Debe ser una broma!”. Me puse de pie en un brinco y bajé a ver si Lysandro seguía en los alrededores, no tenía ganas de quedarme con  la libreta por más tiempo, si me la llevaba a casa seguro no pararía de leerla y releerla hasta el punto de hallar inclusive teorías de conspiración en ella.

Te ayudaría a buscar pero tengo otras cosas que hacer hoy —era la voz de Castiel. Me detuve a mitad de la escalera y me agaché cubriéndome con el muro que hacía de pasamanos.

Está bien. Seguro la encuentro pronto —esa definitivamente era la voz de Lys, y definitivamente estaban hablando del cuaderno que llevaba conmigo. Me aventuré a asomar mi rostro lo suficiente para poder verlos sin ser visto.

Castiel ya se había dado la vuelta y avanzaba en dirección a la salida cuando se giró precipitadamente de regreso y en un arrebato tomó a su amigo por la nuca jalándolo hacia él, dándole un impulsivo y corto beso.

Tenía que hacerlo o no dormirías en paz —dijo en tono de broma.

Lysandro sonrió y en el mismo tono que Castiel, exclamó —¡Qué considerado!

—¡Contigo siempre! —continuó, jugando. Se dio la vuelta nuevamente, y mientras caminaba le hizo un ademán de despedida con la mano al albino, que siguió parado mirando su espalda alejarse hasta que dio vuelta al pasillo principal y se perdió de vista.

Di un gran respiro y como si no acabara de sufrir una gran desilusión, puse mi mejor sonrisa —¡Lysandro! Qué bueno que aún te encuentro.

Alexy, ¿qué sucede? —lucía absolutamente sereno, como de costumbre.

He encontrado tu libreta —exclamé ofreciéndosela.

Su expresión se suavizó un poco cuando la vio, y tal y como me habían dicho, su semblante se oscureció cuando me preguntó si la había leído, por supuesto lo negué; su rostro de nuevo se suavizó y con una sutil sonrisa me agradeció, para de inmediato despedirse. “Vaya, qué fiasco me he llevado. De haber sabido que esos dos estaban juntos… Bueno, qué más da, no es el único chico lindo del instituto, sólo es cuestión de mirar bien cuando esté en los vestidores, que yo me encargo de convertirlos en 'los vestidores del amor’”.


Cap. 4: Flechazo en los vestidores

Continuación Cas x Lys - El principio del secreto

6 comentarios:

  1. Me ha encantando y la canción o poema también,es realmente genial. *^*

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    1. *^* Me da mucho gusto!! en serio!! Di mi mayor esfuerzo para escribir un poema/canción al estilo Lysandro! jiji.

      Besooo

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  2. Respuestas
    1. ¡¡Muchas gracias!! Me alegra que te gustara \(^o^)/

      ¡Un saludo y un gran abrazo!

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  3. No le había prestado mucha atención a esta historia y realmente lloré! Alexy! Fue horrible! ;A; pero la trama y lo demás muy buena Suzumiya-sama :3 lo bueno es que ahora tiene a Nath ö~ :33

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    1. Awww, ¡¡muchas gracias!! Y síiii, lo bueno que ya tiene a Nath, además hacer una pareja RE-tierna :3

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